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La próxima semana expondrá su cetro ante el japonés Horikawa

He tenido que levantarme y recuperar la confianza, admite Édgar Sosa
 
Periódico La Jornada
Sábado 26 de marzo de 2011, p. a13

Cuando un boxeador pierde un combate lo primero que tiene que recuperar es la confianza. Esa fe en sí mismo que, apenas se recupera de los golpes, lo devuelve al gimnasio para preparar la siguiente pelea. Con esa voluntad Édgar Sosa tuvo que levantarse de la lona cuando recibió el cabezazo del filipino Rodel Mayol, el 21 de noviembre de 2009, que le arrebató el cetro minimosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

De aquella desafortunada noche recuerda su rostro herido, el hueso partido del pómulo, el miedo a dar por terminada su carrera y la frustración de perder el cinto de una manera artera. Pero quizá lo que más le dolió y le costó sanar fue la confianza perdida.

Dice que por su mente pasaron múltiples imágenes sobre las consecuencias que ese golpe podría tener. De pronto pensó en qué haría para ganarse la vida si ya no pudiera pelear más. La inquietud se alimentaba de lo mal que sentía la herida en su rostro.

Uno como boxeador está acostumbrado a recibir golpes de cabeza en la cara, pero ese día, en el camerino, yo sentía que algo estaba mal, porque la sensación era muy extraña, recuerda.

Sosa estuvo inactivo por siete meses antes de volver al gimnasio. Al regresar, más que el acondicionamiento físico, tuvo que empezar a trabajar para sentirse seguro, para saber que todavía le quedaba tiempo sobre los encordados en este deporte.

“Lo primero que hice fue tratar de controlar los nervios con el sparring, perder el miedo de que pudiera sufrir otro cabezazo que me lastimara”, comenta el pugilista, a quien tuvieron que colocarle una placa de titanio en el rostro para que pudiera volver al boxeo.

En la primera pelea luego de su receso ante Carlos Varela, el 5 de junio del año pasado, Sosa admite que le resultó complicado, no se sentía seguro, pero conforme avanzaron los asaltos empezó a recuperar lo perdido.

Hizo tres combates más e inició el trayecto para volver a tener una oportunidad de título mundial.

Uno de sus mejores momentos tras el incidente con Mayol fue también uno de los peores episodios en su carrera y en el boxeo mexicano.

En la función conmemorativa del Bicentenario, en la Plaza de Toros México, el 11 de septiembre de 2010, los protagonistas fueron defraudados por la empresa organizadora y aún les adeudan su salarios.

Esa noche Sosa demostró que regresó en plenitud, al vencer a Ryan Bito, para hacerse del cinturón internacional del CMB. La próxima semana expone ese título ante el japonés, Kenichi Horikawa, y Sosa tiene la confianza de un campeón.