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El estadunidense puede interponer un recurso ante el Tribunal Supremo Popular

Sentencia la justicia cubana a Alan Gross a 15 años de cárcel por participar en plan subversivo

Trató de destruir el sistema, afirma la tv; fue utilizado por Washington, admite el sancionado

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Imagen tomada el 5 de marzo en donde aparece Alan Gross (izquierda), contratista de la empresa Development Alternatives, escoltado por agentes de seguridad para una comparecencia ante el tribunal de La HabanaFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 13 de marzo de 2011, p. 24

La Habana, 12 de marzo. En un caso que impacta en el conflicto entre Cuba y Estados Unidos, el estadunidense Alan Gross fue sentenciado a 15 años de cárcel por participar en un proyecto subversivo de Washington para tratar de destruir el sistema cubano, informó este sábado la televisión.

Un comunicado oficial dijo que Gross, de 61 años de edad, puede interponer un recurso de casación (contra posible violación de derechos en el juicio) ante el Tribunal Supremo Popular.

La condena rebaja la petición original de la fiscalía, de 20 años de cárcel. La nota omitió los motivos, pero apuntó que Gross reconoció haber sido utilizado y manipulado por la Agencia para el Desarrollo Internacional del Departamento de Estado estadunidense, que contrató los servicios de Development Alternatives, la empresa para la cual trabajaba el ahora sentenciado.

Añadió que Gross trató de emplear una red de comunicaciones fuera del control del gobierno cubano, para promover planes desestabilizadoras contra diversos sectores sociales.

La sanción apunta a disuadir a otros de participar en actividades intervencionistas de cambio de régimen, más que a castigar a Gross, dijo Arturo López-Levy, académico de la Universidad de Denver de origen cubano y quien ha seguido el caso muy de cerca.

Estimó que todavía hay una solución política, como una gestión de congresistas estadunidenses con interlocución en ambos lados, que Cuba pudiera replicar con un gesto humanitario.

Obama recibió un legado de hostilidad hacia Cuba que no ha sido desmantelado, pero su visión de promover cambios a través del intercambio ofrece una oportunidad para una victoria definitiva del nacionalismo cubano sobre el embargo, cuyos dividendos políticos al interior de la isla y la comunidad internacional no deberían subestimarse, añadió.