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La escritora presentó el libro La volanda. Evolución del estridentismo, publicado por el IPN

Exhortó Carmen de la Fuente a los jóvenes a despertar sus conciencias
 
Periódico La Jornada
Domingo 13 de marzo de 2011, p. 7

El espíritu del estridentismo resurgió de las cenizas en un momento más que necesario, como el actual. En un llamado a los muchos jóvenes reunidos en el patio central del ex convento de San Lorenzo, la escritora Carmen de la Fuente, con 95 años, y en su tiempo cercana a figuras emblemáticas de esa vanguardia literaria, recurrió a la memoria de una época de valores e ideales para intentar despertar las conciencias dormidas de hoy.

El exhorto de la también maestra y promotora cultural politécnica se dio la tarde del pasado viernes, durante la presentación de su libro más reciente, La volanda. Evolución del estridentismo (Instituto Politécnico Nacional, IPN), en el que hace un breve y entrañable acercamiento a la figura de su maestro Arqueles Vela.

Ahí, en la sede del Centro de Educación Continua, Unidad Allende, del IPN, De la Fuente dirigió su mensaje a los muchos jóvenes presentes : “Soy la memoria de la ciudad de México. Asistí al estreno del Palacio de Bellas Artes. Llegué al Politécnico Nacional cuando apenas tenía 10 años de haberse fundado. Tuve alegrías inmensas, también caprichos. Tuve el honor de pelearme, con mucha dignidad, con el ingeniero Alejo Peralta; de indignarme y de hacer un frente común con los alumnos cuando cerraron el Politécnico (a finales de los años 50). Mi fervor de lucha se hizo presente.

Tuve la inmensa dicha de colaborar para que el Politécnico se abriera a la cultura humanística. Presenté la primera exposición de artes plásticas con tres paisajistas mexicanos: Clausel, el Dr. Atl y Velasco, en la primera galería de arte que tuvo el instituto.

Por eso, la también autora del Himno del IPN dijo a los estudiantes que con la presentación de su nuevo libro les muestra un campo inédito de investigación.

Ustedes son los que tienen que revivir a esos talentos. Si hubieran conocido a Germán, su carcajada llenaba todo el ámbito de la ciudad. Era encantador List Arzubide, posiblemente el más alegre de todos. El más sabio: Arqueles Vela. Y desde luego Maples Arce, que primero fue muy estridentista y después se convenció que valía más ser diplomático e ir con la corriente que ser un revoltoso. Pero a los tres los conocí.

Antes, agregó De la Fuente, se decía que no había libertad de expresión. Pero había más cosas que ahora. Fui presidenta de la Tribuna de México. Allí se podía vociferar cada noche contra el gobierno.

Recordó cuando se creó el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, uno de cuyos fundadores fue Arqueles Vela. Mencionó además a la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, donde estaban Siqueiros, Rivera, Kahlo y otros grandes, y que todavía existe su heredera, el Taller de Gráfica Popular.

Todo eso no se ha estudiado, todo eso se ha dejado que se vaya a la ruina, al polvo.

En el acto, que se convirtió en homenaje a Carmen de la Fuente, participaron los escritores Evodio Escalante y Brígido Redondo, además de la presidenta de la Federación Nacional de Profesionales Politécnicas, Teresa Rosales Torres; el presidente del Decanato del IPN, Jesús Ávila Galinzoga, y el secretario de Servicios Educativos de ese instituto, Ernesto Mercado Escutia.