Opinión
Ver día anteriorLunes 7 de marzo de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

¿Agregar valor a Pemex?

Calderón cumple promesas

Primer contribuyente del país

N

adie les cree, porque la privatización va a galope, pero en la oficina principal de Petróleos Mexicanos, con la venia de Los Pinos, aseguran que lo único que pretende el calderonismo con la puesta en marcha de los denominados contratos incentivados (a todas luces inconstitucionales) es dar más valor a nuestra empresa para que ésta le cree más valor a los mexicanos (Suárez Coppel dixit). Frases propagandísticas que nada tienen que ver con el objetivo real, porque en los hechos llevan años saqueando a Pemex y a los mexicanos, supuestos beneficiarios de la política energética del gobierno neoliberal, con sus cinco caretas.

Más allá de que Felipe Calderón cumple sus compromisos privados (privatizar el sector petrolero), diametralmente opuestos a sus pronunciamientos públicos, los gobiernos neoliberales ¿qué tanto han agregado valor a la principal empresa del país? La Unidad de Evaluación y Control de la Cámara de Diputados elaboró un recuento de tal agregado, del que se toma la siguiente información.

Pues bien, las finanzas gubernamentales han llegado a depender en alrededor de 40 por ciento de los ingresos derivados del petróleo (ingresos de Pemex, impuestos, derechos sobre hidrocarburos y aprovechamientos), de tal suerte que una sola empresa, que es Pemex, contribuye al erario con una proporción prácticamente equivalente a los pagos que realizan por impuestos todas las empresas y personas físicas del país, sin considerar que un tanto igual se deja de captar por los generosos regímenes especiales que benefician al gran capital.

Con Pemex, el gobierno federal enfrenta un elevado riesgo que se deriva de la alta dependencia de sus ingresos en un escenario de volatilidades continuas de los precios internacionales, caída de las reservas de hidrocarburos y menores volúmenes de producción y de ventas, de tal manera que, como estrategia de mediano y largo plazos, debería concentrar sus esfuerzos en disminuir esa dependencia y buscar ingresos alternativos bajo una redefinición de la política tributaria y paralelamente capitalizar a Pemex e implementar un robusto programa de financiamiento de la inversión.

En 2001-2008 las exportaciones de petróleo crecieron a una tasa media anual en dólares de 21.1 por ciento, que se explica por la elevada plataforma de exportaciones de petróleo crudo, especialmente del tipo maya, la demanda creciente principalmente de Estados Unidos (destino de 85 por ciento del crudo mexicano) y la tendencia ascendente de los precios internacionales. Un factor adicional aunque de menor escala lo constituyó el aumento de la exportación de petrolíferos que fue de 30.6 por ciento en el mismo lapso. El dinamismo de las exportaciones e importaciones de hidrocarburos se refleja en la balanza comercial total del país: en la última década las exportaciones petroleras fueron ganando participación en las exportaciones totales.

Por otra parte, la falta de reconversión y de inversiones en la industria petrolera mexicana propició que el país dependiera cada vez más de la importación de petrolíferos, gas natural y petroquímicos, principalmente gasolinas y naftas, y ello se reflejó en una mayor participación en las importaciones totales. En 2009 la plataforma de exportación de petróleo crudo se redujo a 1.225 millones de barriles diarios cuando en 2004 había alcanzado 1.87 millones. En cambio, las importaciones pasaron de 347 mil barriles diarios en 2004 a 581.5 mil en 2009.

El elevado pasivo de Pemex es resultado del costoso financiamiento del esquema Pidiregas que se instrumentó en el periodo 1997-2008 a través de los vehículos financieros Master Trust y Fideicomiso F/163. Al adicionarse el saldo de la reserva laboral de la paraestatal la deuda se incrementa de 632 mil millones de pesos a un billón 208 mil millones, es decir, 86.4 por ciento del pasivo total. El pasivo financiero de los principales consorcios petroleros internacionales aumentó 31.1 por ciento en dólares entre 2008 y 2009; Petrobras lo duplicó; Petrochina lo aumentó 87.4 por ciento; Statoil 67.5, y Royal Dutch 51.3. Pemex lo triplicó.

Al evaluar los proyectos Pidiregas, en el periodo de su vigencia se determinó que los flujos netos generados, según los reportes de la cuenta pública, tuvieron un crecimiento explosivo en términos nominales entre 2002 y 2008, puesto que crecieron en forma acumulada 737 por ciento, lo que se deriva del impacto provocado por el cambio del Índice de Precios de la Mezcla de Exportación (IPMME). En ese periodo el precio de la mezcla mexicana pasó de 21.5 a 85.4 dólares por barril, propiciando un efecto inflacionario en los ingresos petroleros.

El flujo neto ajustado por el IPMME muestra un ascenso importante hasta 2004, pero a partir del siguiente año su tendencia real es a la baja, lo que refleja una incapacidad de los proyectos para generar una infraestructura petrolera que sea vea reflejada en aumento de la producción de hidrocarburos. Esa tendencia de los ingresos petroleros de los Pidiregas se corrobora al revisar el indicador de volumen de producción de petróleo crudo, cuya evolución en descenso es muy similar. Por el contrario, el saldo de la deuda contratada a través de los vehículos financieros de Pemex reporta un crecimiento acumulado de 309 por ciento, que con la caída de la producción y de las reservas de hidrocarburos podría convertirse en riesgo moral, es decir, rescate por parte del gobierno federal, lo que finalmente sucedió en octubre de 2008.

Al cierre de ese año, de 813 mil millones de pesos de deuda, más de 70 por ciento se concentró en cuatro proyectos. A esa fecha había proyectos cuyos ingresos no alcanzarían a cubrir el saldo de la deuda comprometida, entre ellos Burgos, Madero, Arenque, Chicontepec y Yaxché. Otros, como Cantarell, Bellota-Chinchorro, Cactus Sitio-Grande, Puerto Ceiba y Poza Rica, reportaban que sus ingresos anuales estaban al límite de sus saldos de endeudamiento, con lo que la acumulación de intereses podría ubicarlos en una situación de insolvencia. De acuerdo con el presupuesto de egresos 2009, el saldo del pasivo que vencería hasta 2032 ascendía a 2.4 billones de pesos, de los cuales hasta 2008 sólo se habían erogado 384 mil millones, 228.5 mil de capital y 155 mil de intereses, es decir, sólo de capital estarían pendientes por cubrir 1.99 billones de pesos.

Eso sí, no dejan de actuar para agregarle valor a la paraestatal.

Las rebanadas del pastel

Tiene razón el inquilino de Los Pinos cuando dice que 30 millones de votantes no conocieron la corrupción priísta. En efecto, sólo han padecido la corrupción panista. Y también la tiene cuando asegura que el panismo opta por fórmulas democráticas para elegir a sus dirigentes, como en los casos de Germán Martínez y César Nava. Puras verdades, pues.