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Celebran al poeta y filósofo por sus 81 años, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Vivimos sometidos al desaliento y la inseguridad: González Cosío

En política tienen que responder los hechos, en la poesía la belleza, expresa a La Jornada

El escritor prepara la publicación de un volumen con su poesía completa, adelanta

Foto
Arturo González Cosío, ayer, en su casaFoto María Meléndrez Parada
 
Periódico La Jornada
Viernes 4 de marzo de 2011, p. 3

La juventud la tiene uno siempre, hasta un día antes de morir; lo que pasa es que, a veces, el equipo ya no responde, dice con humor el poeta y filósofo Arturo González Cosío, quien ayer celebró sus 81 años. En plena edición de un libro con su poesía completa y rodeado de sus amigos y colegas.

Los festejos incluyeron la presentación de su libro Reflexiones, en el cual reúne algunos testimonios sobre su vida y obra, así como una selección de ensayos en los que predomina más la audacia que la mesura, al tratar de acercarme a tan diversos asuntos, pero como dice Chuan-Tzu: el corazón humano tiene más simas que los montes y los ríos, y es más inescrutable y difícil de conocer que el mismo cielo, explicó el autor.

En un cálido encuentro que se realizó en el auditorio Ricardo Flores Magón, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de México, González Cosío recordó su labor como catedrático en esa institución.

Ante estudiantes y docentes afirmó que en la actualidad “el país atraviesa por una abominable crisis que ha durado dos décadas y ha sometido a los mexicanos a la inseguridad, a la miseria y al desaliento.

“Las circunstancias nos obligan a denunciar el manejo titubeante, sin dirección ni sentido, de la vida pública, y el amateurismo y la estrechez de miras de los responsables de la política interior y de las relaciones con otros países.

“En sus decisiones prevalecen la impunidad, la injusticia y la ignorancia, pues al parecer no escucharon lo que en la tradición azteca se le decía al rey al tomar posesión, según el libro sexto del Códice Florentino, en traducción inmejorable de Salvador Díaz Cíntora: ‘no te cubras de sangre; tampoco, repito, te vayas a atontar en la estera y en la silla; no vayas de prisa, jadeando; no digas: soy el rey; no dividas a la gente, no te eches sobre ella, no te lances a despojarla, no te extiendas, no te abras de brazos, no te ensoberbezcas, no ofendas a los gobernados’”.

En el acto, el maestro agradeció a Pablo González Casanova que lo haya invitado a dar clases en esta facultad que tanto amo. Estuvo acompañado en el estrado por Eduardo Beltrán, Jorge Carpizo MacGregor, Enrique González Pedrero, Luis Martínez Fernández del Campo y Fernando Castañeda Sabido.

La poesía más concreta

En charla con La Jornada, González Cosío, premio Xavier Villaurrutia 1984, comenta que nunca ha mezclado sus dos vocaciones: en política tienen que responder los hechos; en la poesía, la belleza.

Esta última, continúa, es la parte mas difícil de la escritura y tiene distintos caminos. Cuando empecé a escribir poesía, en la época de los 50, tenía influencia de César Vallejo, luego fue poesía desde adentro de la naturaleza, con influencia oriental, china e hindú, incluso me publicaron en la India y en China.

El poeta comenzó después a crear haikús, un reto muy difícil, que vio cristalizado en el libro Otras mutaciones del I Ching, en el cual elaboró poemas inspirándose en cada uno de los hexagramas de ese libro de sabiduría oriental.

Los hexagramas son abstractos, el haikú es la poesía más concreta del mundo, siempre referida a la naturaleza, con guiños a una estación del año, a un animal; entonces es ir de lo más abstracto a lo más concreto, pero se escriben solos o no se escriben, detalla el poeta, cuyo libro El pequeño bestiario ilustrado fue prologado por su amigo Juan José Arreola.

“De ahí pase a la poesía filosófica que se encuentra en mi libro Indagaciones (con prólogo de Javier Wimer), pero sin duda el que considero el poema más importante que he escrito es Los elementos. El municipio de Acambay, estado de México, me lo publicó en una edición que incluye comentarios de grandes escritores; lo considero mi obra cumbre.”

Respecto de su obra ensayística, el poeta acaba de dar a conocer Cuatro ensayos sobre una sociedad en decadencia, en el cual sostiene que la humanidad se encuentra “al final de su etapa, pues ya no funciona ninguna institución. Por eso al homo sapiens lo llamo homo tremens, el hombre en un mundo regido por el terror, ante un futuro completamente incierto”.

El 24 marzo se presentará en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla su poemario 88 haikús, y a finales de este mes verá la luz el libro Piedra franca: poesía reunida, con toda la obra lírica de Arturo García Cosío escrita entre 1954 y 2010.