La nueva autorización de impacto ambiental al proyecto turístico cabo Cortés, planeado a cuatro kilómetros del arrecife cabo Pulmo, significa un aval para la destrucción del capital natural. Está en riesgo el parque nacional que tiene una productividad biológica cinco veces mayor que el promedio de los arrecifes en el golfo de California y posiblemente que cualquiera en México, señaló Octavio Aburto Oropeza, investigador del Instituto de Oceanografía Scripps.

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) informó el martes que con ciertos candados autorizó la manifestación de impacto ambiental (MIA) del proyecto de la empresa española Hansa Urbana, en sustitución de la que otorgó en 2008, con lo cual podrá continuar con la construcción de este megadesarrollo en Los Cabos –el cual será más grande que Cancún.

Aburto Oropeza, científico que ha estudiado la zona, explicó que en cabo Pulmo el número de especies se ha duplicado desde la creación del área protegida, la cantidad de peces y su talla se ha incrementado en más de 400 por ciento.

Recordó que desde que se decretó la protección, en 1995, los habitantes de la zona sacrificando su estilo de vida dejaron de pescar dentro del parque nacional y han demostrado que la recuperación de los ecosistemas marinos es posible, que vivir dignamente de la conservación de los mismos también es viable.

Explicó que áreas, como este parque nacional, una vez que se han consolidado se convierten en sistemas altamente productivos que exportan individuos a otras zonas adyacentes, haciendo posible el repoblamiento de especies. Por lo mismo, estas reservas también son conocidas como áreas de repoblamiento que ayudan a recuperar las pesquerías. Exportan especies de importancia comercial que tienen un alto valor en los mercados. Las reservas marinas funcionales juegan el mismo papel que los refugios pesqueros.

Además, generan ingresos turísticos mayores que áreas que han sido degradadas ambientalmente. En términos de ganancias por individuos, los ingresos per cápita para los habitantes de Cabo Pulmo superan por mucho a los comparativos de cualquier megadesarrollo turístico.

En décadas recientes, el fomento al turismo que se ha dado en México ha depredado las costas y ecosistemas marinos. Las consecuencias de este crecimiento desmedido y poco sustentable se ven ahora. En Cancún, precisó, se han afectado seriamente los manglares y arrecifes coralinos, lo cual a su vez ha desestabilizado las playas arenosas de la región, actualmente, se invierten millones de pesos para recuperar algo que la naturaleza había creado gratuitamente, pero que no tuvimos la sensibilidad de entender y cuidar.

Aseveró que estos mismos estragos los veremos pronto en otras regiones como cabo San Lucas, donde pronto pagaremos enormes cantidades de dinero para generar o traer agua dulce a la región. El crecimiento desmedido de ese polo turístico también traerá consecuencias económicas, por la pérdida de su principal atractivo: el paisaje natural.

Advirtió que la decisión de la Semarnat “constituye un aval para que el modelo de crecimiento siga destruyendo el capital natural de la nación. Cabo Pulmo ha establecido un buen precedente para no aceptar el dogma de que la única forma de que el país crezca económicamente es sobrexplotando los recursos naturales y destruyendo los ecosistemas.