La Secretaría de Salud (Ssa) rectificará su postura sobre el proyecto de actualización de la norma oficial mexicana (NOM) 041 para la prevención, detección y control del cáncer de mama, y propondrá quitar el requisito de la consulta médica, que limitaría el acceso de las mujeres de 40 a 49 años a los estudios de mastografía, informó el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Mauricio Hernández Ávila.

Durante un foro de discusión, como parte de los trabajos del 14 Congreso de Investigación en Salud Pública que se efectúa en el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), en Cuernavaca, Morelos, el funcionario reconoció que no se había percibido que fuera una barrera tener que ir al médico para obtener la indicación de practicarse la prueba de detección.

Admitió que sería un obstáculo que afectaría, incluso, a las mujeres que pudieran estar afectadas por un tumor maligno.

Lo anterior, luego de que investigadores y médicos expertos en la detección y control del cáncer de mama cuestionaron al funcionario sobre la pretensión de excluir a las mujeres de 40 a 49 años del acceso al estudio de detección. Rechazaron los argumentos de las restricciones presupuestales con las que Hernández Ávila pretendía justificar la medida.

Felicia Knaul, de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) y sobreviviente de cáncer de mama, insistió en rechazar la pretensión de la Ssa de equiparar la situación de las mexicanas con las de países desarrollados, donde, efectivamente, la neoplasia se desarrolla después de los 50 años. En los países de ingresos medios la enfermedad aparece a partir de los 40 años. Subrayó que en México más de la mitad de los casos se detecta en etapas avanzadas, sin posibilidad alguna de cura.

Alejandro Mohar, director del Instituto Nacional de Cancerología (Incan), confirmó el dato y señaló que de los 900 casos nuevos que llegan al Incan cada año, más de 75 por ciento se diagnostica en etapa localmente avanzada, lo que limita la cura a corto y largo plazos.

Reconoció que en el país las pacientes son menores de 50 años, pero también es una realidad que, independientemente del costo económico de ofrecer la prueba de detección a todas las mujeres a partir de los 40, es indispensable garantizar la existencia de infraestructura. Carece de sentido realizar el estudio si no se cuenta con los técnicos que interpreten los resultado y el patólogo que defina el tipo de tumor.

También se debe contar con el centro oncológico con los médicos experimentados en el manejo del padecimiento que ofrezcan a la paciente el tratamiento óptimo. Eso no existe en México, como tampoco hay un adecuado control de la calidad de las mastografías.

Refirió la experiencia del Incan, que en colaboración con el gobierno del Distrito Federal, realiza un programa de detección temprana de cáncer de mama. El instituto es un centro de alta especialidad y por las tardes nos convertimos en centro de salud. De esa manera se ha encontrado que de 10 mil estudios anuales realizados, 1.1 por ciento de los casos de cáncer son de mujeres menores de 50 años, y 3 por ciento corresponde a mayores de 50.

Integrantes del INSP y el mismo Incan recordaron que cuando inició el programa de detección de cáncer cérvico uterino tampoco se contaba con los recursos económicos, físicos ni humanos para garantizar que a todas las mujeres se les realizaría el Papanicolau.