Buenos Aires, 2 de marzo. El premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, podrá dar con libertad su discurso de apertura en la Feria del Libro de Buenos Aires, pese a que un grupo de intelectuales intentó impedirlo, señaló este miércoles el gobierno argentino.

La polémica se inició el martes, cuando intelectuales cercanos a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner lanzaron una iniciativa para que Vargas Llosa no inaugurara el encuentro editorial, al acusarlo de liberal autoritario. Sin embargo, el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, reveló el miércoles que la mandataria le expresó su deseo de respetar que el literato pronuncie el discurso inaugural el 20 de abril.

González, impulsor del veto a Vargas Llosa, dijo que tal como me lo ha expresado (Fernández de Kirchner), no es concebible la vida literaria y el compromiso con la ensayística social sin un absoluto respeto por la palabra de los escritores, o de cualquier ciudadano.

El director de la Biblioteca, integrante del grupo de intelectuales kirchneristas Carta Abierta, comunicó a esa iniciativa que retiraba la misiva en la que reclamaba evitar el discurso de Vargas Llosa.

El martes, González había dicho: Me gustaría que en la inauguración de la Feria del Libro no estuviera presente. Su liberalismo lo expresa de una manera tajante y hasta diría que, si se me permite la paradoja, autoritaria también.

Mientras que el secretario de Cultura, Jorge Coscia, dijo el martes que de ninguna manera se intentará prohibir el discurso de Vargas Llosa, aunque coincidió en considerarlo un reaccionario (...) enemigo de las industrias culturales (...) y funcional a un sistema de dependencia cultural en Latinoamérica.

Ayer, el jefe del gabinete, Aníbal Fernández, retomó la decisión del gobierno de Fernández de Kirchner: Reivindico la condición de libertad que en Argentina se ha ganado y si es Vargas Llosa el que tiene que estar (en la feria), tendrá que estar. Me sumo a las expresiones de la presidenta.

Aunque afirmó que el Nobel peruano es enemigo de los gobiernos populares y particularmente de Argentina, a quien insultó millones de veces gratuitamente y sin ninguna necesidad, advirtió que nos se puede censurar su presencia en la máxima cita editorial del país.

Contra toda provocación

De su lado, el presidente de la Fundación del Libro, Gustavo Canevaro, dijo que el afán de los organizadores es que no haya provocación. Por eso hemos hablado de una presencia que gira en torno a su especialidad, que son las letras. Entendemos que, como cuando recibió el Nobel e hizo un discurso, viene a una feria del libro. Si fuera un mitin político, el discurso tiene que ser otro. Es un tema de ubicuidad con respecto al público, añadió.

La polémica inició hace dos días, cuando intelectuales kirchneristas como González, José Pablo Feinmann (filósofo y escritor) y Aurelio Narvaja (escritor), entre otros, tildaron a Vargas Llosa de liberal reaccionario y recordaron expresiones suyas muy duras contra el gobierno argentino y la situación del país.

El autor de Conversación en la catedral declaró alguna vez que Argentina es un galimatías que nadie entiende y, en otra ocasión, que hay una responsabilidad de los argentinos en la tragedia que viven: no tan injustamente les pasa lo que les pasa.

Desatada la polémica, el escritor y dramaturgo Abelardo Castillo, autor de El que tiene sed, dijo que pensar que va a venir a hablar mal de nosotros en la feria es abrir el paraguas. Porque si es por sus opiniones políticas, no se lo podría haber invitado a (Jorge Luis) Borges.

No comparto las ideas políticas de Vargas Llosa, pero ningún escritor puede arrogarse el derecho a pedir la censura y el silencio de un colega, opinó Federico Andahazi, autor de El anatomista.

José Pablo Feinmann dijo que le produjo enorme indignación que Vargas Llosa venga a abrir la feria después de lo que dijo sobre Argentina.