Bruselas, 23 de febrero. La comunidad internacional reafirmó hoy su condena a la represión contra manifestantes en Libia, al tiempo que organizaciones humanitarias estimaron que el número de muertos por los sucesos en el país norafricano asciende a 640, e Italia lo cifró en unos mil.

El presidente estadunidense, Barack Obama, dijo que en Libia ocurre un baño de sangre escandaloso e inaceptable que debe parar. La Casa Blanca y el Departamento de Estado señalaron que se analizan medidas, junto con la Organización de Naciones Unidas (ONU), entre ellas la aplicación de sanciones, para actuar tanto en forma bilateral como multilateral.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, señaló que los responsables de los ataques a civiles en Libia deben rendir cuentas. Llamó a que la comunidad internacional actúe de manera concertada para asegurar una transición rápida y pacífica en ese país árabe.

Tras una reunión, la Unión Europea se abstuvo de imponer sanciones contra el gobierno de Muamar Kadafi al condenar la represión a opositores, pero decidió suspender sus exportaciones de armas a Libia.

Países europeos y latinoamericanos condenaron por separado lo que caracterizaron como represión en Libia. No obstante, Cuba acusó a políticos y medios de Estados Unidos de incitar a la violencia en la nación norafricana y rechazó cualquier tipo de intervención extranjera.

Tanto Irán como la Organización de la Conferencia Islámica condenaron enérgicamente el uso excesivo de la fuerza contra civiles en Libia.

A su vez, Israel abogó porque sea el propio pueblo libio el que resuelva la crisis y anunció que 300 palestinos que se encuentran en Libia pueden regresar a sus territorios.

Líbano y Malta denegaron el aterrizaje de aviones en que viajaban familiares de Kadafi, y la ONU retiró funciones de embajadora de buena voluntad a la hija del líder libio, Aisha Kadafi. Más tarde, Aisha desmintió haber huido y en el domicilio de su padre aseveró: resisto delante de esta casa resistente.

En tanto, la Federación Internacional de Derechos Humanos informó que unas 640 personas han muerto en las protestas, mientras que Italia estimó que habrían muerto unas mil; las agencias de prensa no han podido corroborar de manera independiente estas cifras.