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Revuelta en Magreb y medio oriente
Kadafi, desesperado, busca aplastar protestas

Diplomáticos libios renuncian por la represión contra el pueblo

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Muestra de las recientes protestas contra el presidente libio Muammar Kadafi, en Bengasi, ciudad en la que se habla de decenas de muertos víctimas de la represiónFoto Ap
The Independent
Periódico La Jornada
Martes 22 de febrero de 2011, p. 33

El imperio del coronel Muammar Kadafi en Libia estaba en caos la noche del lunes, ante la indignada sublevación del pueblo, el desconocimiento público de sus diplomáticos en el extranjero y la deserción de elementos de sus temidas fuerzas de seguridad.

En la capital, Trípoli, los opositores se preparaban a otra noche de resistencia y llamaban a las multitudes a ocupar la vasta plaza Verde de la ciudad, mientras el régimen hacía intentos desesperados por sofocar con francotiradores y bloqueos carreteros la ola sin precedente de protestas.

Al conocerse informes de matanzas de civiles desarmados luego de seis días de manifestaciones, los embajadores de Libia en Naciones Unidas llamaron a Kadafi a dejar el poder y se unieron a una serie de diplomáticos que han desertado.

El distanciamiento que comenzó el domingo con Abdel-Moneim al-Houni, embajador ante la Liga Árabe en El Cairo, continuó con diplomáticos en China, Nueva York y otras partes, quienes exigen la renuncia del coronel.

Houni expresó que el líder libio y sus comandantes y asistentes deben ser juzgados por los asesinatos en masa.

El régimen de Kadafi está ahora en el basurero de la historia, porque traicionó a sus nación y a su pueblo, manifestó Houni.

Un diplomático libio en China, Hussein el-Sadek el-Mesrati, declaró a Al Jazeera: Renuncié a representar al gobierno de Mussolini y Hitler.

Según rumores dentro del país, algunos testigos acusaron al régimen de bombardear la capital, Trípoli, en tanto otros afirmaban que el gobernante que lleva más tiempo en el poder en el mundo había huido del país ante el alzamiento popular.

Bengasi, la segunda ciudad libia, ondeó este lunes la bandera de la antigua monarquía, derrocada en 1969. Los manifestantes declararon haberla liberado luego de sangrientos enfrentamientos que dejaron decenas de personas muertas y hospitales repletos de heridos.

Kadafi sólo necesita un empujón más para irse, declaró a una agencia noticiosa Amal Roqaqie, abogado en el tribunal de Bengasi, y añadió que los manifestantes imponían una nueva realidad e instalarían un gobierno de transición.

Apenas 18 meses después de marcar el 40 aniversario de la revolución del pueblo con una fastuosa celebración en Trípoli, el líder libio habría huido del país la noche del domingo, según rumores, hacia el refugio ofrecido por uno de sus invitados de honor en aquella ocasión, el presidente venezolano Hugo Chávez.

Ante la escasa o inverificable información que emana del régimen libio, notorio por su opacidad, el secretario británico del exterior, William Hague, se puso a especular: no tengo información de que esté allá (en Venezuela), pero he visto algunos informes que sugieren que está en camino para allá en este momento. Funcionarios en Trípoli y en Caracas negaron más tarde lo dicho por Hague.

Se informó que el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, tuvo una extensa conversación con Kadafi este lunes, referente a la situación en el país, y que expresó profunda preocupación por la escalada de violencia y demandó ponerle fin de inmediato.

El régimen ha prohibido la entrada a periodistas extranjeros, por lo que en el exterior se tiene que confiar en versiones fragmentadas, como un relato de primera mano de Soula al-Balaazi, un libio que se identificó con la red de televisión Al Jazeera como activista de oposición y afirmó que algunas localidades de Trípoli habían sido bombardeadas por aviones.

La extensión de la revuelta y las divisiones que ha provocado quedaron ilustradas por informes de que aviones militares atacaban a conglomerados de manifestantes en Trípoli, en tanto dos coroneles de la fuerza aérea libia aterrizaron en Malta solicitando asilo político. Descendieron en el aeropuerto internacional de ese país en dos aviones cazas Mirage, luego de cruzar Libia a baja altura para no ser detectados y comunicar su solicitud de asilo a los controladores aéreos malteses.

La magnitud de la sacudida dentro de un régimen que ha recibido todas sus órdenes de lo alto y que aprendió a vivir con los caprichos del coronel Kadafi quedó de manifiesto en una errática y contradictoria aparición televisiva de su hijo, Saif, en las primeras horas del lunes. Pronunció un mensaje de 40 minutos en el que intentó ofrecer reformas, al tiempo que advertía que cualquier protesta ulterior conduciría a una guerra civil en la cual se quemaría la riqueza petrolera de la nación.

La respuesta de Washington a la sublevación –de que analizaba el discurso de Saif– fue indicativa de la confusión de una comunidad occidental que ha pasado los años recientes tendiendo puentes hacia un régimen impredecible pero que parecía bien afianzado, sólo para verlo avanzar hacia el derrumbe en cuestión de días.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya