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Es inviable la concepción, por los altos niveles de radiación, explican

Sexo en el espacio, misión casi imposible: científicos de la Nasa
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La Nasa ya hace pruebas de fertilidad en Marte atendiendo a la premisa de Hawking: Nuestra única oportunidad de sobrevivir a largo plazo es no seguir mirando sólo al planeta Tierra, sino extendernos al espacio. Arriba, panorámica del planeta rojo, donde destaca un cráter de nombre Santa MaríaFoto Reuters
The Independent
Periódico La Jornada
Martes 15 de febrero de 2011, p. 3

El renombrado astrofísico Stephen Hawking dijo alguna vez que para sobrevivir como especie la humanidad necesitaría colonizar el espacio en el curso de un siglo.

Bastante difícil será evitar el desastre en los próximos cien años, ya no digamos en los próximos mil o un millón, expresó con cierto pesimismo el año pasado. Nuestra única oportunidad de sobrevivir a largo plazo es no seguir mirando sólo al planeta Tierra, sino extendernos al espacio.

La perspectiva de los viajes espaciales de larga duración ha llevado a los científicos a considerar cada vez con más seriedad el siguiente problema: si viajar a un nuevo hogar podría requerir miles de años, ¿serían capaces los humanos de procrear en el camino? Las primeras indicaciones de la Nasa no son alentadoras: el espacio, al parecer, sencillamente no es un buen lugar para tener sexo.

Según la revisión de tres científicos respecto de la viabilidad de colonizar Marte, los astronautas deben tener cuidado de no concebir en el camino, a causa de los altos niveles de radiación que bombardearían su cuerpo al viajar por el espacio.

Sin una protección efectiva en las naves espaciales, los protones de alta energía probablemente esterilizarían cualquier feto femenino concebido en el espacio profundo, lo cual tendría un hondo efecto en la fertilidad masculina. Las actuales capacidades de protección probablemente imposibilitarían tener un embarazo en el camino a Marte, señaló el biofísico Tore Straume, especialista en radiación del Centro Ames de Investigación de la Nasa, en un ensayo para la revista Journal of Cosmology.

El ADN que guía el desarrollo de todas las células del organismo es dañado con facilidad por radiaciones como las que asaltarían a los viajeros del espacio. Estudios en primates no humanos han mostrado que la exposición a la radiación por iones destruye los óvulos en un feto femenino durante la segunda mitad de la preñez. Habría que proteger mucho esas células durante la gestación y el embarazo, para asegurarse de que la hembra no ha quedado estéril y así pueda continuar la colonia, comentó el doctor Straume.

La radiación en el espacio procede de numerosas fuentes, pero los dos tipos que más preocupan a los científicos de la Nasa son las llamaradas solares y los rayos cósmicos galácticos. Las llamaradas son resultantes de enormes explosiones en la atmósfera del Sol que lanzan protones de alta energía al espacio. La atmósfera de la Tierra y su campo magnético absorben gran parte de esa radiación nociva, pero en el espacio los astronautas son mucho más vulnerables.

Los rayos cósmicos solares representan una amenaza aún mayor, pues están hechos de siete partículas de alta energía. Aunque los escudos de la Nasa pueden proteger a los astronautas de la mayor parte de la radiación solar, es improbable que puedan hacer lo mismo con los rayos cósmicos.

Hasta hace poco, el sexo había sido tema tabú para la Nasa, la cual tenía un estricto código de conducta según el cual debían mantenerse relaciones de confianza entre los astronautas en todo momento. Sólo una vez han participado marido y mujer en la misma misión –Jan Davis y Mark Lee–, pero no han dicho palabra sobre si se unieron al llamado club de los 100 kilómetros de altitud.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya