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Europeos y moscovitas logran primera práctica de tiempo completo de un viaje al planeta

Aterriza con éxito misión internacional simulada a Marte

Se busca conocer los efectos en la salud física y mental de los astronautas, que permanecieron encerrados ocho meses en una cápsula

Gravedad y radiación solar, excluidas de la prueba

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En el Centro de Control de Misiones de Korolyov, en las afueras de Moscú, oficiales rusos del espacio observan el video de los astronautas que simulan una caminata en MarteFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Martes 15 de febrero de 2011, p. 2

La tripulación de una misión internacional simulada a Marte aterrizó en el planeta rojo el lunes, quedando a mitad de camino de un ambicioso experimento de un año y medio para poner a prueba la dificultad de los viajes interplanetarios.

Dos de los seis tripulantes de Europa, China y Rusia que se anotaron para estar encerrados en una nave espacial simulada durante 520 días hicieron su primera salida después de ocho meses de vivir en un módulo de 160 metros cuadrados, estacionados en un instituto en las afueras de Moscú.

Tras ocho meses de aislamiento, el ruso Alexander Smolejvski y el italiano Diego Urbina permanecieron 72 minutos fuera de la cápsula del experimento, informó el instituto de problemas biomédicos en Moscú.

La misión ha sido un éxito, comunicó el instituto. Los dos hombres, con traje espacial, plantaron en la supeficie simulada una bandera rusa y otra europea.

El experimento, llamado Mars500, busca investigar qué ocurre con uno de los mayores misterios sobre los viajes espaciales: la salud física y mental de los tripulantes. Se trata de la primera simulación de tiempo completo de un vuelo tripulado a Marte.

La idea es imitar lo más fielmente posible la escala de tiempo de un traslado al planeta rojo: 250 días de vuelo, 30 días en órbita y aterrizajes sobre la superficie, así como 240 días para el largo regreso a la Tierra mientras se transita por un espacio imaginario y se corta la comunicación con el mundo debajo.

El centro de control de misiones de Rusia, que supervisa los vuelos espaciales reales, transmitió imágenes en vivo del ruso Alexander Smoleyevsky y el italiano-colombiano Diego Urbina, caminando con dificultad con un traje de 32 kilos en un salón oscuro, con arena y rocas, diseñado para imitar la superficie de Marte.

Científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) y del instituto de problemas biomédicos de Moscú –que dirigen el ambicioso experimento– admitieron que no pueden poner a prueba todos los riesgos que presenta un vuelo tripulado real al planeta rojo, como la radiación solar y la falta de gravedad.

Durante siglos los europeos han investigado la Tierra. Ahora puedo imaginarme cómo será cuando el primer ser humano ponga un pie en Marte, dijo Urbina. Su compañero de caminata dedicó su participación en el proyecto al primer astronauta que salió al espacio, Yuri Gagarin.

Más paseos

Smolejvski, Urbina y el chino Wang Yue realizarán en los próximos días otros dos paseos espaciales. Los astronautas reciben ayuda de un automóvil robotizado, el Mars-Mobil.

Otros tres austronautas, los rusos Alexei Sitjov y Suchrob Kamolov y el francés Romain Charles, no pudieron viajar a bordo de la cápsula de aterrizaje al planeta rojo y esperarán 30 días en la nave espacial a sus compañeros.

En total, los seis astronautas se encuentran desde junio en el vuelo simulado, en total aislamiento, donde realizan numerosos experimentos.

Según la autoridad espacial rusa Roskosmos, la primera expedición real a Marte podría producirse en unos 20 años. De acuerdo con el subdirector de Roskosmos, Vitali Davydov, sería una misión multinacional, ya que ningún país está en condiciones de poner en marcha por sí solo un proyecto de semejante costo y magnitud.

Por otro lado, las autoridades espaciales rechazan las comparaciones que se hicieron entre el proyecto y el programa de televisión Gran hermano.

En el ambiente de los astronautas sabemos que esto es duro, dijo Christer Fuglesang, astronauta y jefe de la unidad de biología de ESA.

Hay un riesgo real. Uno puede soportar estar con alguien que le desagrada por un par de meses, pero en una misión tan larga los tripulantes tienen que ser muy sociables, agregó.

Advirtió que luego de la mejor parte –que sería aterrizar en aquel planeta– el largo viaje de regreso sería el periodo más difícil de todo el experimento.