Opinión
Ver día anteriorLunes 14 de febrero de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Toros
Todos los eso es… a Talavante
A

lejandro Talavante remató una tanda de verónicas marcando los tres tiempos de lance al cargar la suerte y rematarlas con el hondo, retorcido, sinuoso capote que se desprendía de las muñecas del torero nacido en Badajoz. Lo que le permitía tener un diálogo torero con el engordado torito de La Estancia y llenar de señorío los aires de la Plaza México. Repitió color con su segundo enemigo que salió rebrincando y al que hipnotizó lidiándolo magistralmente al soltar los flecos irisados del capotillo en hirviente remolino luminoso en que embarcaba al torito que taimadamente caía y caía por la falda de la tela y rodaba y rodaba, al igual que el resto de los toros lidiados en la tarde de ayer. Mientras, Talavante trenzaba las hebras que se volvieron una y conseguía que el novillón empezara a tener brillo y majestad.

Posteriormente a esa lidia magistral con el capote, avasallador el torero de Badajoz nos regaló dos conciertos en do mayor que fueron recitales de pases naturales de una lentitud y un temple que se resolvía en el mando con el que ligaba al siguiente pase, en un palmo de terreno y remataba con el de pecho a pitón contrario pasándose los pitones por la cintura. En esta forma Alejandro logró que la arrogancia de su temperamento coincidiera con la melancolía que expresa en su rostro y el toreo fuera la gracia, la improvisación, la fantasía y el cante grande que los cabales captaron y los aficionados también, conjugándose en el espontáneo grito de torero, torero. Miles de voces que eran una, se reunían y se diferenciaban en melodioso acompañamiento al ritmo de ese quehacer torero. Que esta vez no malogró las faenas con la espada, al pasaportar a sus dos enemigos de un par de estocadas en lo alto a tono con la lidia llevada a cabo con capote y muleta. A hombros de los aficionados salió Alejandro Talavante de la plaza después de convertirse en uno de los triunfadores del serial de corridas de toros de nuestro invierno. Curiosamente los jueces tan dadivosos de orejas en otras ocasiones se vieron muy avaros la tarde de ayer con Alejandro ¿o será que se premia la cantidad de pases y no la calidad y el número justo de pases que le permitieron matar a sus enemigos y no encontrarse como en ocasiones anteriores con marmolillos imposibles de estoquear?