En el contexto de la iniciativa de ley migratoria que se discute en el Senado, que podría ser aprobada en el actual periodo de sesiones, la Dimensión Pastoral de la Movilidad Humana (DPMH) de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se pronunció por que se logre una normatividad humana y humanizante, pues de esa forma se contribuiría a frenar los abusos en contra de los migrantes centroamericanos que transitan por México hacia Estados Unidos.

La religiosa Leticia Gutiérrez Valderrama, secretaria ejecutiva de la DPMH, señaló que la nueva ley migratoria debe tener “visión, precisión y acción clara sobre la promoción de los derechos humanos de las personas migrantes, el reconocimiento a la labor humanitaria que prestan los y las defensoras(es) de los derechos humanos, atención integral a víctimas y testigos (de atropellos) y desaparición de los operativos migratorios”.

En un documento de ocho páginas, Gutiérrez Valderrama señaló que DPMH aplaude que se quiera contar con una nueva ley migratoria, pero resalta que la creación de la misma no será la solución total del tema migratorio, pues éste requiere de cambios económicos, laborales, sociales, culturales y de la visión de ciudadanía y tránsito, entre otros aspectos.

La religiosa acotó que se debe apostar por la atención integral del tema migratorio y sacarlo del contexto de seguridad nacional en el que lo han enmarcado y con lo cual se justifica la invisibilidad integral, y cuestionó las funciones reales del Instituto Nacional de Migración.

Sostuvo que si de verdad se quiere tener una migración segura se debería comenzar por no solicitar visa a los ciudadanos de todos los países centroamericanos y añadió que una política tomada con esta visión evitaría la mala práctica protectora de la frontera de Estados Unidos desde México, y que lo único que hace es confinar a las personas transmigrantes a la ruta de la clandestinidad.

Clama el nuncio apostólico contra agresiones a centroamericanos

El maltrato, ultraje y secuestro de migrantes centroamericanos a su paso por México es algo escandaloso, afirmó ayer en Oaxaca el nuncio apostólico en México, Cristophe Pierre. Asimismo, convocó a cardenales, obispos, sacerdotes y religiosas a actuar con transparencia y honestidad, y no aceptar narcolimosnas para la manutención de templos u obras de beneficencia.

En entrevista, después de inaugurar junto con el gobernador Gabino Cué Monteagudo y el embajador de Italia, Roberto Spinelli, el Centro de Desarrollo Comunitario María de Guadalupe –que atenderá a niños, mujeres y padres de familia de escasos recursos–, el clérigo francés sostuvo que las agresiones a centroamericanos atentan contra la dignidad humana, porque degradan la civilización al menospreciar a las personas.