Opinión
Ver día anteriorSábado 29 de enero de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Procuraduría General de la República… panista
N

o conozco a Manuel Añorve. No lo he visto jamás. Podíamos estar sentados uno al lado del otro en un vagón del Metro o en una clase de hatha yoga y jamás podría identificarlo como el candidato del PRI a gobernador de Guerrero. Claro, las hipótesis señaladas son tan factibles como suponer que Vicente Fox pueda montar a caballo y masticar chicle al mismo tiempo. Las señalo, sin embargo, nada más para dejar fuera de toda duda que mis opiniones no están afectadas por relación personal alguna.

Si las acusaciones que recién ha formulado en su contra la PGR se comprobaran, en verdad no me causarían sorpresa. Pero en caso contrario, si Añorve hubiera sido injustamente inculpado y no se exhibieran pruebas fehacientes en su contra, en vez de sorpresa tendría la certeza, la clara evidencia de que la PGR es un activo, aunque ineficaz, instrumento anexo a la secretaría de acción electoral del PAN.

El diario Reforma publicó una relación de casos que salvan de toda duda esta afirmación. Chihuahua: Amigo personal del candidato del PRI es acusado de lavado de dinero; Sinaloa: El candidato del PRI, se afirma, es peligrosamente cercano al Mayo Zambada; Jalisco: El candidato del PRI mantiene fuertes lazos con los capos del narcotráfico y está fichado por la DEA; Quintana Roo: El candidato del PRD (sin coalición panista, por supuesto) es miembro de la delincuencia organizada.

No se necesita ser príncipe de la perspicacia para encontrar la constante en estas acciones promovidas por la PGR: se detonan, invariablemente, en vísperas de un proceso electoral o tienen como fin último el golpeteo y debilitamiento de un gobierno opositor. Se antoja preguntar: ¿si en lugar de Leonel Godoy hubiera sido doña Cocoa la gobernadora de Michoacán, le habrían levantado, sin previo aviso (en ese caso consulta), a algunas decenas de sus presidentes municipales?

El programa de testigos protegidos ha sido de gran utilidad en otros países porque está sometido a severas condiciones y controles. De no ser así, este recurso puede convertirse una terrible amenaza para la seguridad de los ciudadanos. Imaginemos un complot: una banda decide deshacerse de un enemigo. Lo denuncia como autor de una serie de delitos y ofrece la declaración de un testigo ocular. Éste proporciona datos obvios, pero no pruebas fehacientes ni información bastante para obtenerlas. Es su palabra contra la del inculpado, quien ni siquiera podrá exigir un careo, puesto que la protección al testigo lo impide. El acusado es sometido a un arraigo precautorio y, por supuesto, víctima de las medidas persuasivas en las que nuestras policías tienen mundial reconocimiento. Consiguen con ellas, a la vieja reina de las pruebas: la confesión. ¿Se vale?

El veraz testigo colaborador presentado por la PGR, don Mateo, ¿existe? Su dicho sirvió para encarcelar, entre otros, al ex titular de Seguridad de Morelos y al ex jefe regional de la AFI en el DF, pero también para golpear arteramente al candidato priísta en Guerrero. ¿Se vale?

He llegado a pensar que en el organigrama secreto de la procu hay una importante dependencia llamada dirección general de diseño e implementación de testigos virtuales. De seguro será la más ocupada en los meses que faltan para 2012.

Lo menos malo de lo que acontece es que en esa oficina no saben hacer bien ni las cosas malas. ¿En verdad pensaron que involucrar al cuarto para las doce a Manuel Añorve en este desaguisado les podría redituar electoralmente? ¿Supusieron que la filtración, por demás ilegal, de los sinceramientos de don Mateo, le menguaría al candidato priísta una cantidad de sufragios tan considerable como la que recibirá el del PRD, con la anexión del panista? ¡Vaya que conocen la Montaña, la Costa grande o la Costa chica!

Pero puede que el plan sea otro: si Añorve pierde, como después del golpe mediático la PGR tuvo una estratégica reculada, todo queda en el olvido. Pero si gana, y más aún apretadamente, el caminito ya está iniciado para que el proceso se judicialice y se inscriba en el contencioso electoral, en busca de una segunda oportunidad. ¿Se vale?

Y otro interesante detallito: la procuraduría no es un organismo autónomo, depende directamente del Ejecutivo, luego entonces, el señor Calderón es quien, al final, otorga el visto bueno a estas recurrentes y desesperadas maniobras electorales. Lo que llegue a suceder de aquí a 2012, será su entera responsabilidad.

Mal, muy mal tino, escoger Guerrero para encender la mecha.