Opinión
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Los de Abajo

Nuevos brotes de resistencia

U

na de las luchas más emblemáticas en contra de los proyectos hidroeléctricos en México la encabeza desde hace más de siete años el Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la presa La Parota (Cecop), cuyos integrantes reinstalaron el pasado 9 de enero un retén en la comunidad de Parotillas, para impedir el acceso de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a los terrenos en los que se pretende levantar la obra.

En el efervescente estado de Guerrero, en el que además se realizarán elecciones estatales el próximo 30 de enero, las comunidades afectadas han reactivado las acciones en defensa de la tierra y el agua, pues ha tomado nuevos bríos una iniciativa que aunque se presenta como un proyecto de la CFE, en realidad, como lo advierte Rodolfo Chávez Galindo, integrante del Cecop, quienes están detrás son grandes empresas trasnacionales de origen estadunidense y español, que esperan entrar a diversos negocios que van desde la construcción hasta la generación y después la venta de energía.

La Parota es una de las 300 presas que están programadas en México como parte del Plan Puebla-Panamá (que también abarca Guerrero, Nayarit y Jalisco). El multimillonario proyecto tiene prevista la inundación de 17 mil hectáreas de tierras cultivables de los bienes comunales de Cacahuatepec, localidad ubicada al norte de la zona urbana de Acapulco, con lo que desaparecerían aproximadamente 30 pueblos, 25 mil campesinos serían afectados de manera directa y más de 70 mil de forma indirecta.

Tuvieron razón los comuneros del Cecop en no confiarse del anuncio de la suspensión de las obras, hecho en septiembre de 2009. Hoy, la construcción de la presa es parte de las promesas de campaña de los tres principales contendientes a la gubernatura.

A la reinstalación del retén que impedirá el paso a los trabajadores de la CFE asistieron representantes de 20 pueblos, quienes dejaron claro que el proyecto no pasará. “Nosotros –afirma Rodolfo Chávez– no estamos dispuestos a entregar nuestras tierras ni nuestra agua para su beneficio”. Hasta ahora, dijo, no se ha podido construir la represa, primero por la fortaleza del movimiento y después por el camino que ha seguido la demanda en los tribunales, donde también se ha ganado.

La CFE comenzó a impulsar el proyecto de La Parota desde 1976 en las aguas del río Papagayo y del río Omitlán. En 2002, comenzaron estudios topográficos e introducción de maquinaria en el lugar, trabajos que fueron parados por las comunidades afectadas. Ante los intentos de reanudar la obra, se reactiva la resistencia.