Opinión
Ver día anteriorMartes 21 de diciembre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

Diego Fernández retorna al escenario

Secuestradores: ¿borrón y cuenta nueva?

PGR: ¿continuar las investigaciones?

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iego fue liberado, si es que en realidad algún día fue secuestrado. En medio del silencio de las presuntas autoridades, la grotesca guerra de egos mediáticos y de todas las dudas del mundo sobre el caso, La Ardilla reapareció en público como recién salido de un salón de belleza y no de siete meses de cautiverio. Poco antes de tal acontecimiento, como parte del marketing, la noticia fue difundida en el momento preciso, en el medio electrónico adecuado y por el lector de noticias indicado: Está débil, pero fuerte, se escuchó decir al Teacher.

Todo indica que de nada habría servido el presunto secuestro, porque el acicalado cuan deportivo Diego, quien, rodeado de reporteros citados para la ocasión, a la entrada de su residencia en Lomas de Virreyes de inmediato amenazó: Sólo quiero decirles que me encuentro bien, que estoy fuerte y mi vida seguirá siendo la misma, es decir, el mismo estilo de vida que, aparentemente, le habría costado unos cuantos costales de dólares y siete meses de cautiverio, de acuerdo con quienes aseguran habérselo llevado, quienes tipifican a este personaje como uno de los “más preciados aliados (y) principal cómplice (de Salinas de Gortari)… Diego Fernández de Cevallos Ramos, un cacique panista inmensamente rico gracias a su triple carácter de funcionario del Estado, empresario y abogado de demandas en contra del erario público… (es) otro nudo por donde atraviesan múltiples historias turbias… En breve, es un operador de la oligarquía neoliberal y de la ultraderecha fundamentalista, un traficante de influencias, un mercenario de los juzgados, un legislador a sueldo, un rentista de la crisis y un defensor de los grandes capos de la droga…”. ¿Ese es el tipo de vida que seguirá siendo la misma?

Si bien El Jefe ya perdonó a sus secuestradores, habrá que preguntar si éstos (originalmente autodenominados los misteriosos desaparecedores, para transitar a una red por la transformación global) perdonaron a Diego, porque si se atiende su más reciente comunicado la cosa no es nada sencilla: “Ahora conocemos de cierto los modos de los trabajos y oficios con los que se maneja (Diego Fernández de Cevallos), las personas con las que trata y algunas de las que han sido sus más logradas empresas. Con nada que ocultar la mafia ha sido enumerada en las cartas elaboradas y dirigidas por el propio Diego a sus benefactores, reclamándoles apoyo económico en correspondencia a su lealtad y a sus servicios: Carlos Salinas de Gortari, Carlos Slim, Roberto Hernández, Alfredo Harp, Alberto Bailleres, Claudio X. González, Lorenzo Servitje, Lorenzo Zambrano, Emilio Azcárraga Jean, Ricardo Salinas Pliego, Bernardo Quintana, Ignacio Loyola, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa Patrón, Juan Sandoval Íñiguez, Onésimo Cepeda, Norberto Rivera Carrera, Roberto Madrazo, Jorge Hank Rohn, Santiago Creel, Enrique Peña Nieto, Carlos Romero Dechamps y Elba Esther Gordillo, entre otros. Se establecen diversas relaciones entre empresarios, políticos, la Iglesia, el narcotráfico, las redes de crimen organizado, el Ejército, los grupos paramilitares, las televisoras, etcétera. Estas relaciones están regidas por entendidos más allá de la legalidad, por dentro y fuera de toda apariencia de normatividad; son feudos de una maraña de poderes en pugna y con el control del país”.

Y algo más: el ahora victimizado Diego Fernández de Cevallos acumula una larga pero poco honrosa carrera de impunidad y enriquecimiento. Por ejemplo, como amigo y abogado del millonario Alberto Bailleres (presidente de Grupo Bal y dueño de El Palacio de Hierro y Seguros GNP) defendió a la empresa MetMex Peñoles contra las madres de más de 11 mil niños envenenados por la contaminación ocasionada por la fundidora en Torreón, Coahuila. Ni las movilizaciones ni demandas penales de los afectados tuvieron éxito, pues la poderosa empresa estaba jurídicamente blindada contra las demandas populares gracias a las artes litigantes de su abogado, a quien la justicia es lo que menos importa. A través de esta compleja y poderosa mafia fue pieza central para concretar el cambio de México a un Estado mínimo (sin responsabilidades sociales y de economía abierta, privatización y apertura comercial a capitales trasnacionales), además de diversos cambios de legislación que implicaron quiebres históricos para México. ¿Los de la ahora llamada red por la transformación global darán borrón y cuenta nueva?

La Ardilla perdonó a sus presuntos secuestradores, pero no a las autoridades, a quienes recordó que tienen una tarea pendiente, no obstante que pública y oficialmente fueron sus hijos los que a ellas solicitaron encarecidamente mantenerse al margen de este proceso, para así favorecer la negociación, anteponiendo la vida e integridad de nuestro padre (22 de mayo de 2010, en mensaje firmado por el primogénito del ex candidato panista), petición que fue rápida y solícitamente atendida por Los Pinos (24 horas después, la Procuraduría General de la República comunicó que respetando la voluntad de la familia, manifestada de manera pública el día de ayer, la PGR, consciente de cuál es el bien que se debe privilegiar, hace del conocimiento a la opinión pública que ha decidido suspender las investigaciones).

A pesar de lo anterior, tras largo silencio, ayer salieron de Los Pinos dos comunicados, en los que se leen: La PGR continuará (¿?) con las investigaciones para aprehender a los responsables y llevarlos ante la justicia, y en el segundo que Felipe Calderón reiteró al licenciado Fernández de Cevallos que el gobierno federal aplicará toda la fuerza de la ley para esclarecer la privación de la libertad de la que fue objeto, y señaló que se actuará con decisión para llevar a la justicia a los responsables, es decir, promete proceder como debió hacerlo siete meses atrás, cuando oficialmente decidió suspender las investigaciones.

En fin, una más de las enredadas cuan putrefactas aventuras del poder político y de su comparsa mediática, con miras al 2012, mientras el país se desmorona, la realidad carcome a los mexicanos y los desatendidos problemas nacionales crecen a paso veloz.

Las rebanadas del pastel

Y como suele acontecer en estos casos, la explosión en San Martín Texmelucan, la responsabilidad de Pemex, el asesinato de Marisela Escobedo y el de su cuñado, la indolencia del gobierno de Chihuahua y tantos otros casos inmediatos y espeluznantes del México real pasan a un lejanísimo segundo plano, si no es que más allá, y de inmediato se incorporan al de por sí abultado inventario de olvidos de la mal llamada justicia mexicana.