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Contra el Establishment
El Vaticano temía en 2009 un baño de sangre en Cuba, según el sitio de Internet
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 13 de diciembre de 2010, p. 30

La Habana, 12 de diciembre. El Vaticano temía a principios de 2009 que la situación económica y la tensión política en Cuba llevaran a un baño de sangre y consideró contraproducente la hostilidad de Estados Unidos contra la isla, según un reporte difundido por Wikileaks.

La inquietud del Vaticano por la influencia de Hugo Chávez, mostrada en otro informe, también apareció esta vez, en una conversación del 14 de enero de 2009, entre diplomáticos estadunidenses y Angelo Accattino, encargado de las relaciones con el Caribe.

Según el reporte, Accattino insistió en la búsqueda del diálogo, sin importar qué tan desagradable sea el interlocutor. También dejó claro que el Vaticano está mucho más preocupado por Chávez que por Raúl Castro, considerándolo más peligroso y con más largo alcance (no dijo más joven).

El funcionario, dice el informe, cree que la política de Washington hacia la isla ayuda a Chávez, quien es el verdadero nuevo sucesor de Fidel Castro en América Latina. A diferencia de Castro, señaló Accattino, Chávez tiene ingresos petroleros para respaldar la revolución bolivariana.

Accattino señaló que Estados Unidos no debería permitirse ser rehén de su política doméstica para mantener la actual línea contraproducente.

Barack Obama asumió la Casa Blanca una semana después de esa charla. Tres meses más tarde cumplió su promesa de liberar los viajes y las remesas a la isla de los cubanos que viven en Estados Unidos y eliminó algunas restricciones de negocios con la isla. Luego reanudó las pláticas migratorias bilaterales y abrió negociaciones sobre el servicio postal.

En la conversación con Accattino estuvieron el consejero político Rafael P. Foley y la segunda jefa de la misión Julieta Valls. En el informe también se reporta la conversación que tuvieron al día siguiente el embajador estadunidense Miguel Humberto Díaz y Nicolas Thevenin, asesor político del secretario de Estado, el cardenal Tarsicio Bertone.

En dos ocasiones el reporte alude a declaraciones de Accattino sobre escenarios de violencia en Cuba, pero no lo cita textualmente. Según el informe, el funcionario del Vaticano sugirió un posible baño de sangre o bien que la gente podría reaccionar violentamente, siempre como resultado de la situación económica y social.

Al impugnar tramos de la política estadunidense, Accatino recordó la decisión de someter a los viajeros procedentes de Cuba –como país patrocinador del terrorismo– a un escrutinio exhaustivo. Señaló que la isla no es amenaza para Estados Unidos y que esa clasificación sólo corresponde a razones de política interna de Washington. Meses después los vuelos desde la isla quedaron exentos de esa revisión.

Accattino también convino en que los derechos humanos debían ser materia de discusión con La Habana, pero no un obstáculo para el compromiso, como no lo son con China y se inclinó por apoyar la vía del diálogo de España, contra la confrontación de Polonia y la República Checa.

Thevenin se interesó ante el embajador Díaz en alguna fórmula para reducir el costo de las llamadas de Cuba a Estados Unidos, lo cual podría tener un impacto positivo en promover un cambio político.