Pese a que 175 de los 300 brazaletes para monitorear personas en reclusión domiciliaria, adquiridos en 2006 a 60 mil pesos cada uno, no han sido usados ni una vez, se contempla rentar otros 300 más para el próximo año.

El director de sanciones penales del Distrito Federal, José Manuel Casaoriego Valenzuela, reconoció que la subutilización de los brazaletes se debe a la negativa de los internos a ser monitoreados y toman la cárcel como casa, aunado a que no se le ha dado la suficiente promoción.

Sobre los nuevos equipos, dijo que tendrán una nueva tecnología, yquizá los internos beneficiados no tengan que pagar nada, pues actualmente quienes aceptan utilizarlos tienen que pagar una fianza de 12 mil pesos por su uso.

Los reos que tienen acceso al beneficio de terminar sus sentencias en libertad, pero bajo vigilancia, deben cumplir con una serie de requisitos como haber cometido delitos menores, ser primo delincuentes y con penas de entre siete y 10 años de prisión y estén a dos años de cumplirla.

Hace cuatro años se inició este proyecto, pero de los 300 brazaletes adquiridos sólo 125 han sido utilizados. Su costo, junto con el equipo de enlace satelital para el monitoreo y ubicación de los reclusos, fue de aproximadamente 17 millones de pesos.

El programa proyecta la readaptación del primo delincuente en tres etapas: familiar, cumplimiento laboral y vigilancia. Sin embargo, Casaoriego Valenzuela reconoció que muchos internos se niegan a usarlos cuando se les indica que serán monitoreados y que deben cumplir con determinada reglas, pues no quieren ser controlados.

Manifestó que con los nuevos equipos, el encargado del monitoreo podrá hablar con el portador. El beneficio se puede perder si la persona se sale del radio de monitoreo, si se retira el dispositivo personal, altera o modifica cualquier componente del dispositivo, si se cambia de domicilio sin autorización y por consumir bebidas alcohólicas o estupefacientes.