Opinión
Ver día anteriorSábado 11 de diciembre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

PVEM: votos por vales

CFC: chimuela se queda

Michoacán: entre dos familias

S

on tan populares los vales para medicinas (con el indeleble sello de la empresa privada Partido Verde SA) que en octubre pasado aprobó la Cámara de Diputados, que –aún sin el visto bueno del Senado de la República– se han convertido en valiosa moneda de cambio en votaciones estratégicas –a favor o en contra– para modificar ciertas leyes, como en el caso específico de la relativa al combate de los monopolios, la cual pretendía dar autonomía a la Comisión Federal de Competencia, intento que fue tajantemente rechazado por la bancada del PAN en Xicoténcatl con la decisiva intervención de los promotores de dichos vales.

Resulta que la borregada blanquiazul, a tono con las instrucciones del gobierno calderonista, se negó a aceptar los cambios propuestos por el tricolor para el armado de la ley antimonopolios, pero no le alcanzaban los votos para evitarlo, de tal suerte que tuvo que echar mano de la citada empresa privada política para alcanzar la mayoría. ¿Cómo le hizo? Fácil: la bancada panista en el Senado se comprometió con la del Verde Ecologista a que aprobará la reforma para los vales de medicina en el IMSS y, como por arte de magia, el PVEM dejó de ser rémora de los tricolores para convertirse en lo mismo, pero de los panistas, otorgando su voto en contra de la ley antimonopolios.

Como es su costumbre, los representantes de la empresa verde se acomodan con el mejor postor, especialmente si le garantizan jugosos negocios como el de los citados vales. No es de su interés si los monopolios destrozan los bolsillos de los mexicanos o impiden un mayor crecimiento económico en el país. Mucho menos si a la Comisión Federal de Competencia le faltan dientes para actuar en contra de dichos monopolios. Lo suyo son los negocios, como el citado. Lo demás es lo de menos.

Y como tarde que temprano en el nuevo business de los verdes tendrá que meter la mano la Comisión Federal de Competencia, qué mejor que dejarla sin dentadura y de paso amarrar el negocio con los panistas. ¿Qué tan lejos ha llegado la chimuela CFC en eso de promover la competencia y evitar los monopolios? La Cepal nos regala un breve paseo por el tema (Regulación y competencia en el mercado de medicamentos: experiencias relevantes para América Latina). Va pues.

La Comisión Federal de Competencia, asegura la Comisión, ha combatido activamente las prácticas monopólicas en el mercado mexicano de medicamentos. En 1999 investigó los efectos del cártel internacional de vitaminas que fue descubierto por las autoridades de competencia de Estados Unidos y que impuso sanciones hasta por 500 millones de dólares a las empresas participantes (en aquel país, desde luego).

En cuanto a conductas de colusión en licitaciones públicas, en febrero de 2000 la CFC investigó los acuerdos entre competidores en licitaciones de suturas quirúrgicas realizadas por el Hospital General de México y el ISSSTE. En esta investigación las empresas participantes reconocieron su culpabilidad y acordaron suspender la colusión. En febrero de 2001 identificó acuerdos entre competidores en las licitaciones de material radiográfico realizadas por el IMSS y el ISSSTE. Al igual que en el caso anterior, las empresas involucradas reconocieron su culpabilidad ante la comisión y acordaron, otra vez, suspender estas conductas.

En 2006, después de llevar a cabo investigaciones sobre los mercados de adquisiciones públicas de medicamentos, la CFC encontró evidencia de conductas de colusión en las adquisiciones públicas de medicamentos, consistentes en la distribución regional de los mercados entre los competidores. El 3 de agosto de ese año se inició la investigación y en octubre de 2009 todavía no se había emitido resolución sobre el caso.

En lo que se refiere a prácticas monopólicas relativas, en 2003 la CFC investigó una denuncia motivada por la presunta presión del propietario de una patente a una entidad pública para adquirir el medicamento de manera exclusiva, que fue denegada por no incorporar elementos suficientes para comprobar la conducta, mientras que en septiembre de 2006 otra denuncia fue presentada ante la Comisión por presunta depredación de precios en licitaciones públicas. Después de analizar los casos, el organismo resolvió que en ninguno de ellos había elementos para acreditar la denuncia.

El hecho de que México tenga uno de los sistemas más cerrados de adquisiciones de medicamentos de América Latina, que se sustenta en la política de protección de la industria nacional, explica la recurrencia de casos de prácticas monopólicas absolutas. Este sistema de ninguna forma asegura los mejores precios a los usuarios. Con la Ley de Adquisiciones y Arrendamientos de Servicios del Sector Público se determina una normatividad de escala de preferencias en cuanto a las empresas que pueden ofrecer bienes al sector público que dan preferencia a las empresas nacionales. Se establecen tres tipos de licitaciones públicas de acuerdo con el origen de los bienes: las nacionales, las internacionales bajo la cobertura de tratados y las internacionales abiertas.

El artículo 28 de la citada ley estipula que en las licitaciones nacionales solamente pueden participar personas de nacionalidad mexicana y que las medicinas deben tener 50 por ciento de contenido nacional. Las licitaciones que se hacen bajo la cobertura del TLC sólo admiten licitantes mexicanos y extranjeros de países con los que México tiene tratados y las licitaciones abiertas. El requisito para participar bajo ese esquema es cumplir con la regla de origen y reglas de mercado negociadas en dicho tratado, mientras se respeta el marco de prácticas leales de comercio e igualdad de condiciones ante proveedores de países socios. La Cepal apunta que se realizarán licitaciones abiertas a cualquier país cuando, previa investigación de mercado realizada por la entidad compradora, no exista oferta nacional o de los países con los que México haya firmado un TLC, o si existe, no es conveniente en términos de precio.

Queda claro, pues, por qué panistas y verdes cancelaron la posibilidad de ponerle dentadura a la CFC.

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