Economía
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Seis de cada 10 prendas de vestir que se venden son de origen ilegal
 
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de diciembre de 2010, p. 36

Un flujo imparable de ropa usada, pirata, de contrabando y hasta robada ha invadido impunemente todos los tianguis del país y provoca pérdidas a la industria del vestido por más de mil millones de pesos al año, afirmó el presidente de la comisión de contrabando y piratería de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (CNIV), Roberto Castañeda.

El directivo afirmó que a pesar de los operativos efectuados conjuntamente con la Procuraduría General de la República (PGR) y el Servicio de Administración Tributaria (SAT), actualmente seis de cada 10 prendas de vestir comercializadas en el país son de procedencia ilegal y vendidas en el comercio informal. Esto, afirmó, representa para la industria del vestido que opera en el mercado formal pérdidas por más de 420 millones de pesos.

De manera conjunta con otros sectores industriales, la piratería, el contrabando y la ilegalidad representan un daño económico cercano a 976 mil millones de pesos, y calculó que esa cifra se elevará en 2011 a más de 983 mil millones, y un año después alcanzaría los 990 mil 407 millones.

Si se llegan a alcanzar esas cifras, durante los últimos cuatro años del gobierno de Felipe Calderón el monto del contrabando, la piratería y la ilegalidad se habrá expandido en 26 mil millones de pesos, un crecimiento de cerca de 3 por ciento.

Según Roberto Castañeda las mercancías más propensas a ser comercializadas en el mercado informal son, en orden de importancia y proporción de mercado, los discos compactos, las películas en DVD, ropa, calzado y accesorios, software y juguetes.

Variedad de extratallas

El presidente del organismo, Marcos Cherem Entebi, dijo que la obesidad que sufre la población mexicana ha obligado a los fabricantes de ropa a triplicar la producción de tallas grandes y extragrandes para satisfacer la demanda de la mayor cantidad de personas con sobrepeso.

En los últimos 10 años, dijo, la proporción de ropa de talla extra pasó de una de cada cuatro prendas producidas a cuatro extragrandes frente a dos de tamaño chico y tres medianas. Antes, por la falta de oferta las personas con problemas de sobrepeso tenían que recurrir al sastre o a la costurera para mandar a hacer ropa a la medida; ahora se produce cada vez más y con diferentes opciones como la chica de la extragrande, la mediana de extragrande y la extra-extragrande. La demanda de estas tallas por los consumidores se da por igual entre hombres y mujeres, comentó.