En el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, el sábado pasado se llevó a cabo una mesa-homenaje para el reconocido historietista mexicano Gabriel Vargas, acto en el que participaron su viuda, María Guadalupe Appendini, Agustín Sánchez González y el caricaturista Sergio Aragonés.

Sánchez González se refirió a la precocidad y capacidad de Vargas (quien falleció e pasado mayo), uno de los pocos en la profesión que recibieron reconocimientos en vida, debidos en buena medida a la labor de difusión de Carlos Monsiváis.

Por su parte, Lupita Appendini destacó el carácter excepcional de quien fue su compañero por más de 35 años, una persona de no muchas palabras, cuyo temprano amor por la lectura e interés por los demás formaron parte de su personalidad amable y gentil, muestra de su don de gentes.

También hacedor de monos, Aragonés no escatimó halagos para quien estableció los géneros que hoy se practican en todas partes.

Desde la primera fila intervino Eduardo del Río, Rius, para comentar que Varguitas fue maestro involuntario de todos nosotros, y propuso determinante: a Vargas hay que nombrarlo santo de los caricaturistas.