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Petróleo y corrupción, eso parece que le gusta a la FIFA: Expressen

Prevaleció lo económico para asignar sedes a Rusia y Qatar, según medios
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Qataríes celebran que organizarán el Mundial de 2022Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Sábado 4 de diciembre de 2010, p. a18

Berlín/Londres/Moscú, 3 de diciembre. Medios y expertos del mundo coinciden en criticar a la FIFA y a su presidente, Joseph Blatter, por la decisión de llevar el Mundial de futbol a Rusia en 2018 y a Qatar en 2022, en la que consideran que sólo prevaleció el aspecto económico.

Tras las sospechas de corrupción, el organismo rector del balompié internacional debe soportar otro golpe hoy, en especial por dar a Qatar la Copa dentro de 12 años.

Son negocios, más o menos sucios. Se trata de Blatter, que siempre gana. Adiós a la vieja geografía del futbol, señala La Gazzetta dello Sport, mientras Il Corriere della Sera resume: El Mundial de los ricos.

En Inglaterra, que se le escapó la sede ante Rusia, hay más rabia: Vendido. Perdió la mejor candidatura. Los millonarios oligarcas rusos y los del petróleo en Qatar han ganado.

El sensacionalista The Sun señala: ¡Trucado!... quizá no tendría que sorprendernos que Rusia haya logrado el Mundial. En realidad la FIFA y la KGB son las dos últimas organizaciones secretas del planeta.

El jefe de la propuesta inglesa, Andy Anson, afirmó que algunos miembros de la FIFA le dijeron que darían un revés a las aspiraciones mundialistas de Inglaterra por el documental emitido en el programa Panorama de la BBC y las investigaciones del diario Sunday Times sobre la corrupción en el organismo.

Rusia y Qatar, gas y petróleo: la Copa del Mundo se aleja de los países tradicionales, señala el rotativo español El Mundo.

Más duro fue en Suecia, donde el diario Expressen señala: ¿Qué tienen en común Rusia y Qatar? Petróleo y corrupción. Eso parece que le gusta a la FIFA.

En Noruega, Dagbladet tampoco escatima las críticas: “Lo de Qatar es la broma más grande de todos los tiempos.

Lo que importa para la FIFA es la libertad impositiva, el dinero en abundancia y la vanidad de Blatter de dar al bloque del Este y a Cercano Oriente un Mundial, escribió el rotativo suizo Blick.

El diario alemán Bild pide incluso la dimisión de Blatter y habla de Katarstrophe (combinación de Qatar y catástrofe), mientras el seleccionador germano, Joachim Low, comprende la elección de Rusia, pero califica la de Qatar de increíblemente valiente.

Su homólogo español, Vicente del Bosque, fue claro: Rusia tiene el poder del dinero.

En Moscú se habla de cuento de hadas, pero el diario Kommersant echa a perder la fiesta: El Mundial será el proyecto más caro y difícil de la historia de Rusia. El presupuesto hasta ahora ha sido sólo una gota en el mar de los costos a los que se enfrenta el país, porque a diferencia de unos Juegos Olímpicos, la justa mundialista no se limita sólo a una ciudad.

El entrenador alemán Winfried Schafer, que en los recientes años trabajó en Dubai, advirtió que el calor en Qatar en 2022 puede ser insoportable.

Axel Bienhaus, uno de los arquitectos del estudio de Francfort que ha proyectado ocho de los 12 estadios que serán sede del Mundial, prometió que la refrigeración no será ningún problema, en tanto que el técnico holandés Louis van Gaal, señaló: El futbol debería estar siempre en primer lugar, y cree que la elección de Qatar es increíble.

Hojear el libro de candidatura del país árabe es como adentrarse en un cómic futurista, en el que se recrea un mundo climatizado a salvo del calentamiento global. Y no se trata de ciencia ficción, sino de un proyecto que los qataríes pretenden hacer realidad en 12 años.

Todo deberá construirse, pero el dinero no será un problema para una nación que nada en reservas de petróleo y gas. Con un presupuesto de unos 4 mil millones de dólares, Qatar edificará estadios y renovará tres.

Todos con un diseño futurista y desmontables, pues su idea es trasladarlos después a países en desarrollo.

De las siete sedes en el pequeño emirato en el Golfo Pérsico hay cinco en un radio de apenas 25 kilómetros. Los aficionados casi podrían moverse en bicicleta si no fuera porque junio y julio son los más calurosos del año.

Ya lo advirtió la comisión evaluadora de la FIFA: las temperaturas al aire libre pueden alcanzar los 50 grados; “un riesgo potencial para jugadores, técnicos y espectadores.

Todos nuestros estadios, campos de entrenamiento y zonas para fans estarán refrigerados a 27 grados, impulsados por energía solar, respondieron los organizadores.