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La FIL 2010

Él nos sigue acercando y proporcionando pensamientos, afirma Pilar del Río

José Saramago estaba lleno de curiosidad, por eso era tan joven

Rendirán homenaje al escritor portugués en Guadalajara, a 12 años de recibir el Nobel de Literatura, adelanta su viuda

Publicarán la novela que dejó inconclusa, anuncia

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Pilar del Río en Guadalajara, ayer, durante la entrevistaFoto Héctor Jesús Hernández/ La Jornada Jalisco
Enviada
Periódico La Jornada
Sábado 4 de diciembre de 2010, p. 4

Guadalajara, Jal., 3 de diciembre. El próximo 10 de diciembre se cumplen 12 años de que José Saramago recibió el Premio Nobel de Literatura, en Estocolmo.

Para conmemorar esa efeméride, la fundación que lleva el nombre del escritor portugués prepara una ceremonia en que se recordará ese día y también se festejará que el máximo galardón de las letras de este año fue conferido al peruano-español Mario Vargas Llosa, adelanta Pilar de Río, viuda de Saramago, quien asiste a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara para atestiguar el homenaje que los lectores rinden este viernes al autor fallecido el pasado 18 de junio.

Además del tributo, la figura, obra y legado del autor de El evangelio según Jesucristo, Caín, y El viaje del elefante, entre muchos otros libros, estará en la presentación de José Saramago: la consistencia de los sueños, biografía cronológica escrita por Fernando Gómez Aguilera y publicada por Alfaguara.

Campaña en Portugal

Pilar del Río, presidenta de la Fundación José Saramago, habla de sus proyectos: la publicación de la novela que José Saramago dejó inconclusa, cuyo título es Alabardas, alabardas, espingardas, espingardas.

“Es sobre la fabricación de armas. La dejó simplemente iniciada, iba por la mitad y me parece tan interesante y tan oportuna que considero que los lectores tienen derecho a conocerla. Cuándo y cómo todavía no lo hemos visto, pero tienen ese derecho.

Imagina la fabricación de armas en un país, un continente, en un mundo donde tantas personas mueren diario o quedan mutiladas por causa de las armas y éstas a veces son fabricadas por trabajadores honestos que hacen bien su labor, cuando esa arma va a matar a alguien.

En la Fundación José Saramago, explica Del Río, no trabajamos sobre la obra de él, que para eso están las editoriales, sino el proyecto acerca del pensamiento político y cívico y los derechos humanos. En este momento estamos involucrados en una campaña contra el maltrato a las mujeres en Portugal, pero nuestro campo de acción es el mundo. Somos muy pocos todavía, pero confiamos en unir voluntades.

Además, “el día 10 vamos a recordar el 12 aniversario de la entrega del Nobel a Saramago, el primero sin él, y la concesión de ese galardón a Mario Vargas Llosa.

“Vamos a celebrar el premio a Vargas Llosa y espero que sea un acto que convoque a muchos ciudadanos y tal vez sea transmitido por televisión.

“Incluimos el festejo a Vargas Llosa (quien ese mismo día recibe el galardón), porque hay buena literatura y porque personas que aun sin pensar lo mismo, tenemos que oír al otro. El escritor peruano-español tiene cosas que enseñarnos y ha creado una literatura maravillosa.

“El 18 de diciembre –prosigue Pilar del Río–, como todos los días 18 de los pasados seis meses, celebramos la vida de Saramago. Nos reunimos, leemos textos en muchos lugares del mundo, se brinda, sobre todo esto, se bebe vino tinto. Es una celebración de vida.”

El Nobel no cambió a Saramago, comparte Pilar del Río a La Jornada: “El Nobel no tiene por qué cambiar a las personas grandes, grandes en el sentido de personas ya formadas. Es un reconocimiento que viene de fuera, pero no afecta tu vida, tu desayuno, tu horario. Si te gusta el arroz o los huevos con patatas. Sigues siendo el mismo, vistiendo lo mismo y con los mismos amigos.

“Sí es verdad que a partir del Nobel lo invitaron a formar parte de clubes de excelencia, pero no le parecían excelentes esos clubes y no participó.

“Cuando supe del premio sentí que venían unos meses terribles. Lo supe un día antes y me lo tuve que comer sola porque no se lo pude decir. Yo sabía que con aquello venía el infierno para mí, para él no, para él era la gloria. Para mí vi venir un infierno, de hecho en los correos electrónicos intercambiados con el embajador de Portugal en Estocolmo, que por fortuna era un escritor magnífico y muy amigo, dijimos ‘a ver si el día del Nobel entramos a la ceremonia y nos dormimos’, porque llevábamos tanto tiempo sin dormir. Queríamos dormirnos y lo conseguimos.”

Reconocimiento de los lectores

Guadalajara, la FIL, fue siempre un territorio que desbordó el infinito cariño y reconocimiento de los lectores por José Saramago, quien colmaba los lugares donde se presentaba.

En poco extraño regresar a Guadalajara sin José, pero saber que regreso por él. La verdad, Saramago nos sigue dando muy buenas noticias porque nos sigue acercando, proporcionando pensamiento, libros, encuentros. Podemos estar satisfechos.

En estos seis meses posteriores a su muerte no ha descubierto nada que no supiera, afirma Pilar del Río: Su infinita generosidad, su capacidad intelectual, su antidogmatismo, su capacidad para entender el mundo, sus nos, y sus sís, eso ya lo conocía; y lo que voy viendo es que sembró mucho fruto y los voy recogiendo, eso sí que es verdad.

–¿Piensa escribir algún libro de su vida al lado de Saramago?

–No. Estuvimos juntos 24 años, lo celebramos cuatro días antes de que él muriera. El No de Saramago, el No revolucionario, el No a poder, en mi caso es el No de quien no se atreve escribir. Viví junto a una persona demasiado grande, que escribía demasiado bien como para tener la osadía de tomar la pluma, pero aplaudiré todos los proyectos que surjan en torno a la figura de Saramago y los apoyaré.

Compartimos todo porque ambos procedíamos de un mismo mundo de inquietudes sociales y políticas, y porque él era escritor y yo simplemente periodista (no confundir con escritor, porque los periodistas solemos dar patadas al idioma), pero me convertí en su traductora. Fue una vida que alguien podría decir de ceder el yo-Pilar del Río ante el YO, con mayúsculas, Saramago, pero no. En la literatura, el trabajo y en la vida compartida éramos dos seres humanos de igual a igual.

Saramago, sabio, curioso, entendido de la tecnología, fue muy abierto, moderno, se sabía la dimensión, dónde están los límites del espacio, leía mucha ciencia ficción, estaba al día de la biología genética, que le interesaba muchísimo; era un hombre lleno de curiosidad, por eso era tan joven.