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La FIL 2010

Su caso, más abierto que nunca tras aceptación del papa: Aristegui

Maciel rebasó toda ficción, es siniestramente fascinante

Pendientes, acción de la justicia y posición de Norberto Rivera, resalta

Enviada
Periódico La Jornada
Lunes 29 de noviembre de 2010, p. a17

Guadalajara, Jal., 28 de noviembre. El caso de Marcial Maciel, fundador de los legionarios de Cristo, está más abierto que nunca tras las recientes declaraciones de Benedicto XVI en el libro Luz del mundo y la carta exculpatoria del representante papal Velasio de Paolis, afirma la periodista Carmen Artistegui, autora de Marcial Maciel: historia de un criminal, libro que se presentó este domingo en la FIL. En él reúne entrevistas con víctimas y denunciantes del sacerdote, su familia y expertos, e incluye fragmentos de las grabaciones clandestinas de conversaciones de Luis Garza Medina, vicario general de la orden, quien recientemente perdió algunas de sus funciones.

Marcial Maciel rebasó cualquier ficción, por eso digo que es siniestramente fascinante, dice Aristegui en entrevista. Es un personaje que logró con una gran intuición y a partir de un diseño bastante perverso las voluntades, las almas y las conveniencias. El eje principal de la estructura creada por Marcial Maciel tiene ese componente: la conveniencia de ser partícipe de esa elite que él logró construir a partir del elogio.

Lo que debe ocurrir ahora es una acción de las instituciones judiciales civiles y un pronunciamiento del cardenal Norberto Rivera, una vez que el Vaticano ha llamado a Maciel un falso profeta.

En el primer caso está la demanda presentada en Estados Unidos por el abogado Jeff R. Anderson, quien representa a Raúl González Lara, uno de los hijos de Maciel en la demanda contra los legionarios de Cristo, y la denuncia ante la PGR que presentó la diputada Leticia Quezada.

“Estamos ante una oportunidad –precisa la periodista– porque “el caso Maciel nos muestra muchas cosas: a la sociedad mexicana, la estructura de medios de comunicación que tenemos, la conducta y la inacción de la autoridad civil; nos muestra las fragilidades enormes del sistema de justicia en México.

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La periodista presentó ayer su libro Marcial Maciel: historia de un criminal, en la FIL de GuadalajaraFoto Héctor Jesús Hernández/La Jornada Jalisco

Y ahora nos va a mostrar, en dos carriles ya muy bien establecidos, que son los de la justicia, de qué tamaño es una posibilidad y de qué tamaño es otra, dependiendo del contexto en que se desarrolle la demanda del hijo de Marcial Maciel en Connecticut, porque ahí puede prosperar algo donde la autoridad civil intervenga. El otro es la denuncia de Quezada. Va a ser muy interesante ver qué sucede con ese proceso ministerial en un terreno y el otro. Desde ya podemos intuir que en el caso mexicano no prosperará el asunto; no me imagino que la PGR procese lo denunciado o lo presentado por Leticia Quezada en esto que formalmente ya es una investigación abierta.

Sin embargo, en el proceso en Estados Unidos “tenemos un horizonte muy distinto, y la denuncia es muy sencilla y muy potente. Dice: ‘ustedes supieron, por lo tanto ustedes permitieron que a mi representado le sucediera lo que le sucedió’. Es redondo, es impecable, es el valor de lo simple y de lo incontrovertible. Hubo una conducta reiterada y repetida de Maciel; hubo una estructura que son los legionarios de Cristo, que la supieron y que la permitieron durante los años que duró, y por lo tanto hay responsabilidades que identificar, sanciones que recibir y, por tanto, resarcimientos que cumplir”.

Queda pendiente un pronunciamiento de Norberto Rivera, quien descalificó las acusaciones publicadas por primera vez en La Jornada en cuatro reportajes. “La Jornada es un medio de comunicación que apostó por esta historia y que al paso de los años ese cardenal por lo menos está obligado a ofrecer una disculpa.”