Opinión
Ver día anteriorMiércoles 17 de noviembre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Cambio climático y bicentenario
E

l cambio climático es un fenómeno que afectará la vida del planeta en los próximos 100 años: ocasionará que la temperatura del planeta se eleve entre 1.8 y 4 ºC y que el nivel del mar aumente de 0.30 a 0.40 m. A eso habrá que añadir que México contribuye con 1.5 por ciento de CO2 a la atmósfera.

Los efectos del fenómeno ya se han hecho sentir en México; basta ver las lluvias e inundaciones que han afectado a todo el territorio nacional. A pesar de ello, algunos investigadores señalan que el problema se debe al ciclo solar y que la contaminación ambiental causada por las personas no tiene nada que ver.

Los estudios serios publicados en revistas, como Scientific American (William Collins et at), señalan que los efectos del cambio climático se deben a la actividad humana de los años recientes y sobre todo a la producción de CO2, derivada del consumo de petróleo, gas y carbón, así como a la producción de gas metano generada por la ganadería en todo el mundo.

Para luchar contra el cambio climático –batalla muy loable de nuestro Presidente y que hay que apoyar–, lo primero que se debe hacer es aportar 1.05 por ciento del PIB (producto interno bruto) para apoyar a la investigación científica y la divulgación de la misma (1 por ciento para la investigación y formación y 0.05 para la divulgación).

¡Por favor díganles a todos los diputados y senadores de todos los partidos políticos del país que la inversión en ciencia y tecnología sí es muy importante, y que el nivel de desarrollo de un país se ve en su inversión en esos dos rubros! No sé si han presentado examen de conocimientos generales para promover el desarrollo de nacional, pero más vale que conozcan los porcentajes que se invierten en ciencia y tecnología en otros países.

También habría que evaluar el apoyo que otorga el gobierno a la creación de empresas mexicanas con profesionales egresados de las universidades públicas, que resuelvan los problemas del país. El porcentaje es muy cercano a cero. Más aún, para resolver los grandes problemas científicos y tecnológicos, siempre tenemos que recurrir a extranjeros. ¡Pero no porque los mexicanos no tengamos la capacidad, sino porque nunca hemos apoyado a los nacionales!

Para enfrentar el cambio climático, lo primero que debería hacer nuestro gobierno es crear un plan de gran dinamismo para construir plantas de energía solar y eólica en todo el país, y lo más importante es que lo desarrollen mexicanos y con tecnología nacional, para que los costos sean los más convenientes para el país. No necesitamos hacerlo con tecnología extranjera si desarrollamos la propia. El proyecto podemos llevarlo a cabo si nos lo proponemos.

En el caso de las grandes ciudades, como la de México, el problema de la contaminación se resolvería con una inversión importante para construir estaciones del Metro a cada dos cuadras de nuestras casas, y contrar con vagones suficientes para que los pasajeros viajen sentados.

Es vergonzoso que en ese sistema de transporte público se tenga que separar a mujeres y hombres, y peor aún que se acepte. El transporte es la fuente principal de contaminación de las grandes ciudades y las soluciones a ese problema tienen que ver con el uso de los autos eléctricos y los de hidrógeno, pero a costos menores que el transporte con gasolina.

La bicicletas representan una solución para distancias pequeñas. Efectivamente son la solución más barata y con enormes beneficios para la población, como hacer ejercicio. Caminar y disfrutar la ciudad también es una buena opción.

Para combatir el cambio climático hacen falta medidas más radicales, como invertir en fuentes alternas de energía, cambiar por completo el transporte de las grandes ciudades, crear empresas mexicanas que produzcan la tecnología para cambiarlas, y lo más importante, invertir en ciencia y tecnología 1.05 por ciento del PIB.

Para mí la seguridad del país está en la educación y en la inversión en ciencia y tecnología mexicanas, así como en la producción nacional de lo que necesitamos. Y, finalmente, añadiría proporcionar estudio y trabajo a los mexicanos jóvenes, para lo cual hay que crear nuevas universidades públicas o aumentar el espacio de las existentes. Y dar trabajo a los jóvenes del país como una tarea de todos los mexicanos. Esa sí que sería una celebración del bicentenario.