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Mayas peninsulares:

segunda llamada

 

El maíz corazón del pueblo

Nosotros, indígenas mayas, que vivimos del maíz y que de él comen también nuestros hijos e hijas, queremos hablarles de esta semilla heredada por nuestras abuelas y abuelos. Ellos nos enseñaron a trabajar la milpa y cuidar el monte, para nosotros eso significa cuidar la vida, porque de la vida del monte y de la vida de la milpa depende la nuestra.

Hoy vemos con tristeza que nuestra semillas nativas, la semilla que ha estado acompañándonos desde hace mas de 500 años, la semilla que cuidaron nuestros abuelos, nuestros padres y ahora cuidamos nosotros, es despreciada, vemos que ya casi nadie quiere sembrarla, vemos que está siendo relegada por ésa que traen las empresas como Pionner, Dupont o Monsanto.

Los tres niveles de gobierno mexicano, lejos de proteger a nuestro maíz nativo, símbolo de nuestra identidad, benefician a las empresas que venden semillas “mejoradas”, híbridas de los cuales no podemos sacar semillas para sembrar la próxima temporada, de esta manera nos están acostumbrando a comprarles la semilla a las empresas, nos están haciendo depender de ellos, para cuando traigan la semilla transgénica, nosotros lo compremos sin resistencia, cuando eso suceda dependeremos completamente de estas empresas extranjeras, pues tendremos que comprar cada año la que nos traen, cada vez más cara. De esto no falta mucho pues el gobierno mexicano ha cambiado las leyes para que las empresas tengan más facilidades, ejemplo de esto es que en nuestras tierras se siembran ya sorgo y soya transgénica, con todo esto corremos el riesgo de perder nuestro maíz por no sembrarlo o por contaminación, vía polinización.

En consecuencia las semillas que nos venden las empresas nos vuelven dependientes, lastiman a nuestra madre tierra y perjudican nuestra producción de miel, matando a las abejas con los agroquímicos; los fertilizantes químicos van dejando estéril la tierra y cada año tenemos que ponerle más fertilizante que por supuesto aumenta de precio mientras el de la cosecha baja, los herbicidas van fortaleciendo las malezas y las plagas. Dañan nuestra salud y la de nuestros hijos, se ha comprobado que los agroquímicos provocan esterilidad en los hombres y ningún fruto fumigando con agroquímicos puede limpiarse completamente, además de que la planta absorbe estos productos.

Nosotros,  herederos del maíz nativo, invitamos a nuestros hermanos y hermanas indígenas a cuidar semilla nativa, sembrándola, consumiéndola, cuidándola, pues está amenazada por las empresas y por las políticas públicas del gobierno mexicano, que benefician a los que más tienen.

Por todo esto exigimos al gobierno mexicano que asuma como política pública la defensa del maíz nativo, rechace contundentemente la liberación de semillas transgénicas y apoye a los campesinos indígenas en la recuperación y conservación de las semillas nativas.

Invitamos a quienes, preocupados por el futuro de nuestros hijos, se quieran sumar a la defensa de nuestras semillas nativas, sobre todo nuestro Sagrado Maíz.

 

Organización Indígena en Defensa de las Semillas Nativas de los Chenes

Comité de Semillas del Sur de Yucatán

Comité de Semillas del Poniente de Bacalar

 

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Grabados de Mariana Yampolsky