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Jefe de gobierno califica de basura a personas que se desplazan a otras naciones: ONU

Impulsan migrantes el progreso de países receptores, admiten en foro mundial
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Un mexicano toma un descanso de 15 minutos durante su jornada de trabajo en San Luis, ArizonaFoto Reuters
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Periódico La Jornada
Jueves 11 de noviembre de 2010, p. 14

Puerto Vallarta, Jal., 10 de noviembre. Representantes gubernamentales de decenas de países –incluido Erick P. Schwartz, secretario de Estado adjunto de Estados Unidos–, así como organizaciones civiles, reconocieron la contribución de los migrantes al desarrollo económico de las naciones receptoras.

Lo anterior es el primer punto de coincidencia entre funcionarios, enviados de grupos sociales y de agencias internacionales reunidos en el diálogo denominado espacio común, práctica sin precedente dentro del Foro Mundial de Migración y Desarrollo.

En dicho foro sólo participaban los gobiernos, aunque en esta cuarta edición –con la asistencia de delegaciones de 142 países– se analizaron de manera conjunta las formas de mejorar la percepción pública de la migración, porque los indocumentados son blanco de las peores expresiones de xenofobia y racismo.

“Un jefe de gobierno equis me dijo, en referencia a los migrantes, que eran ‘basura’; de ese nivel es la discriminación”, dijo Navanethem Pillay, alta comisionada para los Derechos Humanos y presidenta del Grupo Mundial sobre Migración que integra las 14 agencias de la Organización de Naciones Unidas.

Durante la inauguración de la cuarta edición del foro, Pillay pidió a los gobiernos ratificar la Convención Internacional de Protección de los Derechos de los Trabajadores Migrantes y sus Familias.

Al cumplimiento del mismo sólo se han comprometido alrededor de 40 países, casi todos emisores de mano de obra indocumentada; es decir, se han resistido precisamente las naciones altamente receptoras.

Los estados atienden los asuntos de migración irregular (indocumentada) con una visión de soberanía, control de fronteras y aplicación de la ley, agregó la alta comisionada ante el secretario de Gobernación, Francisco Blake.

De poco más de 200 millones de migrantes en el mundo, se estima que decenas de millones son indocumentados, sector propenso a enfrentar discriminación, exclusión, explotación y abuso en todas las etapas de su éxodo; incluso se les niegan sus derechos básicos.

Y aunque el espacio común fue directo y multilateral (los delegados pedían insistentemente la palabra al moderador), los posibles acuerdos no serán obligatorios para los gobiernos.

Que conste en actas nuestra voz, aunque sabemos que esto es sólo un ejercicio de catarsis, señaló en entrevista Alfonso Hinojosa, director de régimen consular de la cancillería de Bolivia, nación que tiene fuera de sus fronteras a 20 por ciento de su población, y presidente de la Conferencia Sudamericana de Migraciones.

En la ronda de preguntas y respuestas, el funcionario sudamericano provocó aplausos cuando cuestionó si las políticas de los países receptores no afectan la imagen de los migrantes, y puso por ejemplo la legislación de Arizona.

Schwartz, secretario de Estado adjunto de Población, Refugiados y Migración de Estados Unidos, respondió que el presidente Barack Obama y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, se han manifestado en contra de la ley Arizona, con la certeza de que la contribución de los migrantes es crucial para ese país. Reconoció que es necesario hacer más a escalas estatal y federal.

Las organizaciones civiles (más de 400 delegados y observadores de 80 países) advirtieron que los países emisores deben dar mejores oportunidades a sus ciudadanos para que tengan el derecho de no emigrar.

La delegación de China propuso tres principios en las políticas migratorias: reducir la brecha entre ricos y pobres; cooperación entre países de origen, tránsito y destino, y garantizar los derechos humanos de los migrantes.