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Astillero

Instituto Federal Telectoral

Comicios de Tercer Grado

¿2006? ¡Excelente!, repetible

Mulinar HorcABCitas

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HUESUDA AZUL Y ORO. De adelita o sombrero de paja, con estandartes guadalupanos o vestida de azul y oro, la huesuda festejó el Día de Muertos en las islas de Ciudad UniversitariaFoto Yazmín Ortega Cortés
A

un cuando ayer se maniobró para posponer esas designaciones, habida cuenta de que los coordinadores de las bancadas de diputados no llegaron a acuerdos, lo único firme es que la cúpula del PRI mantenía una postura inamovible de apoyo a Arely Gómez para que ocupe una de las tres consejerías de renuevo del Instituto Federal Electoral. De formalizarse esa muy anunciada designación (con- tra la que ayer mismo se manifestaron algunos diputados de tres colores, representantes de Puebla, Oaxaca y Veracruz), se habrá dado un golpe irreparable a la de por sí muy maltrecha credibilidad del IFE, pues se habría convertido entonces en una ostensible pieza más de la colección de poder de Televisa, sometiendo desde ahora el curso institucional de los difíciles comicios de 2012 a la influencia de la pantalla que modela la percepción mayoritaria del país e instalando precozmente el virus de la duda respecto al papel que jugará ese ente devaluado, el micro IFE, en el proyecto televisivo de imposición en Los Pinos de Enrique Peña Nieto como una estrella de canal.

La rigurosa alineación del priísmo tras la propuesta de la hermana de uno de los vicepresidentes de Televisa muestra convergencias que van más allá de los lazos consanguíneos. Arely Gómez es apoyada marcialmente por el partido tricolor porque significa una alianza con la empresa que en su expansión política ya tiene bancadas legislativas federales, pero también con la derecha confesional a la que la mencionada aspirante sirvió en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde, sólo por dar un ejemplo, ayudó desde un cargo de poderosa coordinación operativa a que el entonces presidente de ese órgano, Ma- riano Azuela, organizara una misa en instalaciones judiciales. Gómez trazó desde esa oficina de Azuela relaciones políticas y asignó contratos con la familia de Eduardo Medina Mora, miembro también de la colección Televisa, de tal manera que al término de la gestión de Azuela fue llevada por el entonces titular de la PGR a una fiscalía para asuntos electorales a la que de manera atropellada renunció unos días antes de los complicados comicios de julio recién pasado.

La renovación de un tercio de la nueva plantilla de la organización electoral tiene, por lo demás, el ingrediente de descalificación de su origen partidista, convertidos los consejeros en representantes rigurosos de los intereses grupales que les llevan a sus muy bien pagados sitiales. En el impúdico tianguis en que se ha convertido el reparto del botín llamado IFE se ha planteado incluso la posibilidad de excluir nuevamente al PRD, aunque ya no por errores o definiciones tomadas por el sol azteca, como siete años atrás, sino por acuerdo implacable del eje PAN-PRI, pues este último pretende quedarse con dos posiciones y el blanquiazul con una.

En cualquiera de las combinaciones que finalmente se acepte, lo cierto es que el mentado IFE se encamina a los comicios de 2012 en la peor de sus condiciones. Le persigue la sombra del fraude electoral de 2006, por más que ayer mismo los consejeros salientes pretendieran promover la tesis de que físicamente ya no quedarán corresponsables de lo sucedido en aquella fecha y ensalzando por boca propia las hechuras que instalaron a Felipe Calderón en Los Pinos (excelente, dijeron que había sido la organización, administración y arbitraje de 2006, por lo que se declararon seguros de que en 2012 se repetirá tal portento). Uno de esos personajes que van de salida, Virgilio Andrade, se atrevió incluso a hacer profecías en aguas de Poncio Pilatos: No será la situación electoral la que llegue a despertar al denominado México bronco; serán otros fenómenos, dado el caso, pero no será lo electoral.

Otros fenómenos podrían ser, por ejemplo, la creciente irritación social que, más allá de marcos políticos e ideológicos, está provocando la criminal impericia de la administración federal para contener los demonios de extrema violencia que desató con la aplicación de la guerra contra el narcotráfico que el interés gringo le dictó (ayer, el comisario estadunidense, Carlos Pascual, exhortaba a que no se detenga esa guerra, pues, ya encarrerados los mexicanos, no deben permitirse pausas), al igual que la propia pretensión felipista de encontrar formas de legitimación, luego de la excelente tanda comicial organizada en 2006 (ayer, por cierto, los dirigentes de bancadas partidistas dieron otra muestra de excelencia, al detener a sus puras curules el reloj de la realidad para imponer uno virtual, de tal manera que aun cuando los nuevos consejeros de XH-IFE deben rendir protesta a más tardar el 31 del presente, las designaciones se harán hasta el próximo 3 de noviembre, declarando ayer un receso que terminará el miércoles próximo: uf, exceso de excelencia extra; la teoría legislativa de la relatividad).

México bronco que va viendo a sus jóvenes ser exterminados sin que haya autoridad conductora de procesos justicieros de castigo a responsables, ya no se diga de rehabilitación para una eventual reinserción a la sociedad. México donde se está sembrando el miedo social para inhibir o controlar reacciones broncas, donde se ha llegado a la fase masiva criminal de un proceso que comenzó con la polarización poselectoral, siguió con los intentos de aislamiento mediante amenazas exageradas y muy redituables de contagios de variantes gripales, y tiene hoy al país en una programada inconsciencia mediante dosis de anestesia pública televisada, de desorganización política y rechazo a lo electoral, larvado incluso el riesgo de que las armas sacadas de los cuarteles por guerras sabidamente destinadas al fracaso consideren necesario sacrificarse por la Patria civilmente deshecha.

Y, mientras el secretario HorcABCitas se declara Mulinar, pues presume ser una mula muy cuereada, ¡feliz fin de semana, viendo a los argentinos despedir a un ex presidente con tal entrega que los mexicanos deberíamos preguntarnos cuál de los nuestros nos haría llorar (no necesariamente de alegría)!