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Mi aspecto fue el pasaporte para salir del cubo de basura, expresó una vez

Falleció Tony Curtis, legendario por su talento y atractivo sexual

Realizó más de cien películas, entre las que figura Fugitivos, con la que convenció como actor dramático

Una Eva y dos Adanes, al lado de Marilyn Monroe, fue una de las más famosas

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Tony Curtis en una imagen de 1967, durante el programa Hollywood PalaceFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 1º de octubre de 2010, p. 8

Nueva York, 30 de septiembre. Cuando un papel secundario ni se menciona en la sinopsis, pero el actor recibe después miles de cartas de fans dirigidas al atractivo desconocido, tiene que ser un tipo de mucho talento o mucho sex appeal. En el caso de Tony Curtis se daban ambas características. El actor murió ayer, a los 85 años, de un paro cardiaco, en Las Vegas, Nevada, según confirmaron en diversos medios su hija, la también actriz Jamie Lee Curtis, y su ex mujer Christine Kaufmann.

Me sentí más triste de lo que pensaba. Es como si el tiempo muriera, dijo Kaufmann a la revista alemana Bunte. La actriz, la segunda de sus cinco esposas, estuvo casada con Curtis entre 1963 y 1967. La última mujer del actor fue la profesora de equitación Jill Vandenberg.

“Mi padre deja un legado de grandes actuaciones en sus películas, en sus pinturas y sus collages”, afirmó en una declaración Jamie Lee Curtis, de 51 años. “Deja hijos y sus familias que lo amaban y respetaban, y una esposa y parientes políticos que sentían devoción por él. También deja a fans de todo el mundo.”

El actor inglés Roger Moore, con quien hizo la serie de televisión The Persuaders, declaró a la cadena BBC que Curtis será recordado como un muy buen actor cuando la gente empiece a reflexionar sobre la cantidad de trabajo que hizo en dramas y comedia.

Durante décadas, fue uno de los actores –y hombres– más disputados de Hollywood, y se convirtió en leyenda.

¿De dónde vengo? Mi aspecto fue el pasaporte para huir del cubo de basura, dijo una vez Curtis, cuyo nombre era Bernard Schwartz, refiriéndose al Bronx, uno de los barrios neoyorquinos con peor fama. Su padre, el judío Mono Schwartz, era un conocido actor en Hungría, pero al emigrar a Estados Unidos fracasó debido al idioma. Sacó adelante a su familia trabajando de sastre.

Curtis se crió en un entorno humilde. A los 11 años ya era miembro de una banda callejera, según cuenta en su libro I Like It Hot. Desde pequeño temía los castigos de su madre, a quien tiempo después se le diagnosticó esquizofrenia. Su hermano pequeño, Julie, fue atropellado por un camión cuando supuestamente debía estar cuidando de él. Bobby, su otro hermano, era discapacitado.

Las experiencias de juventud hicieron Curtis un actor natural. En City Across the River (1949), aquel chico del Bronx se interpretaba a sí mismo; esa actuación lo llevó a conseguir cada vez mayores papeles en todo tipo de películas, tanto de aventuras como de época. En el filme de Stanley Kramer Fugitivos (The Defiant Ones), con Sidney Poitier, convenció como actor dramático, y junto a Burt Lancaster y Gina Lollobrigida brilló en Trapecio.

Hace medio siglo pasó a la historia de los grandes del celuloide con la comedia de Billy Wilder Some Like It Hot, conocida como Con faldas y a lo loco en España y Una Eva y dos Adanes en Latinoamérica, en el que trabajó al lado de una explosiva Marilyn Monroe. Décadas después, Curtis confesó que durante el rodaje tuvieron un affaire. Y que fue el padre del niño que Monroe perdió, según contó en sus memorias, American Prince.

Tras Some Like It Hot siguieron numerosas comedias. En La carrera del siglo interpretó al héroe de negro Leslie Gallant, a cuyos pies se rendían las mujeres. Y sorprendió con el thriller El estrangulador de Boston (1968), en el que aparece frío y amenazador y sólo deja intuir sus famosos encantos.

En lo privado, desde hace tiempo no era tan alegre como parecía en pantalla, según su hija Jamie Lee. Algo lo torturó durante toda su vida. Y buscó consuelo en las mujeres, las drogas y el alcohol.

Curtis se castigaba a sí mismo, por ejemplo, por su papel de padre. He fallado. Ahora tengo que decirlo. La muerte de su hijo Nicolas, a los 23 años de edad, a causa de la heroína, lo marcó. No pasaba una noche en la que no pensara en él. A menudo se me aparecía en sueños, dijo una vez.

El actor participó en más de cien películas, entre las que también se encuentran Espartaco, de Stanley Kubrick (1960), y Houdini, de George Marshall (1953).

Nombrado por Francia Caballero de las Artes y las Letras (1995), Curtis pasó los últimos años –con unos kilos de más y en silla de ruedas– ante un caballete. La pintura se convirtió en su segunda profesión; sus obras se presentan en galerías de arte y se venden en miles de dólares. Y además confeccionaba time boxes, cajas hechas con collages de viejas cartas, fotografías, llaves, dados y relojes tras un cristal.

Siempre mantuvo su pasión por las mujeres. Cuando tenía 73 años contrajo matrimonio por quinta vez con Jill, de entonces 31, en noviembre de 1998. No nos molesta la diferencia de edad, escribió en su autobiografía. Nos reímos mucho. Mi cuerpo aún funciona, y todo va bien. Entre sus anteriores esposas figura Janet Leigh, la mujer de la ducha en Sicosis. De aquella relación nacieron dos hijas, que también tomaron el camino del celuloide. Pero mientras Kelly Curtis no ha pasado de papeles secundarios, Jamie Lee Curtis (Halloween, Un pez llamado Wanda) es una estrella de Hollywood.

Tony Curtis tiene su estrella en el Paseo de la Fama.