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Antes había una concatenación entre el hecho político y la respuesta creativa, señala

Evitar la desconexión con el deber social, reto del artista de hoy: Federico Silva

El pintor inauguró Quiebre, exposición que se presenta en el Museo Universitario del Chopo

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El artista plástico Federico Silva en la apertura de Quiebre, compuesta por tres esculturas de gran formatoFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Domingo 26 de septiembre de 2010, p. 3

El reto que enfrenta el arte en estos momentos es cómo evitar la desconexión entre el compromiso social y las búsquedas de nuevos lenguajes, señala el pintor y escultor Federico Silva, quien este viernes inauguró la exposición Quiebre, en el Museo Universitario del Chopo, días después de recibir el doctorado honoris causa por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Hoy, el artista no comparte opiniones de la gente que lucha por desarrollar este país en lo político, en lo social, en lo educativo, cada quien se aisla, dijo en breve entrevista al finalizar la apertura de la muestra, que incluye tres esculturas de gran formato y la obra digital de la serie Los migrantes, que fue colocada en las rejas del museo.

“Hace muchos años –recordó– era muy común que los artistas formaran parte de grupos donde se discutían las líneas, la posición frente a tal o cual problema; era muy frecuente que algo que conmovía a la sociedad también conmoviera a los artistas, y se acercaban a discutir cómo participar, cómo contribuir a la lucha en favor o en contra de la carestía, la violencia o la injusticia, y surgían obras muy importantes de esa preocupación; había una concatenación en el hecho político y en la respuesta del artista”.

Silva (Distrito Federal, 1923) destacó, sin embargo, que no propugna un regreso a los lenguajes de antaño: “la dificultad está ahora en cómo no desconectarse de la preocupación y del compromiso social en la búsqueda de nuevos lenguajes, porque ya hay fatiga en la repetición, no hay lenguajes que conmuevan acerquen o creen interrogantes necesarias al público.

“Si el espectador es conmovido por la obra de arte y se detiene a reflexionar sobre por qué y para qué es, el arte ya empieza a cumplir una función. No se trata de decir ‘qué bonito o cuánto cuesta’.

Recordaba lo que dije hace unos días (al recibir el reconocimiento de la UNAM); tuve presente una frase, una consigna que parecería muy antigua, de Siqueiros, que en un determinado momento pugnó por un arte ciudadano, lo cual no quiere decir volver al pasado, al muralismo, a las formas de explicación de los hechos políticos a través de la pintura, sino volver al futuro, en el sentido de acercarse los artistas en un compromiso que los relacione con el mundo real, con la sociedad, con los grandes problemas que padece el país.

Narco y las ecuaciones perversas

A la par de Quiebre se abrió la exposición Narco y las ecuaciones económicas perversas, de Eduardo Olbés, quien en piedra con casquillos de balas y hueso de vaca, entre otros materiales, busca llamar la atención a lo que considera un problema de salud pública y no de seguridad nacional.

Existe un fin didáctico muy claro en mi mente, dice Olbés mientras señala un cartel en el que se escribieron las ecuaciones perversas con datos reales acerca de las drogas; por ejemplo, que las legales son más mortíferas que las ilegales, que Estados Unidos arma a los mexicanos o que un gramo de coca cuesta lo mismo que 240 kilos de tortilla.

El problema no sólo reside en el gobierno, sino en las sociedades civiles. En Latinoamérica, la mayoría de las sociedades están contra la legalización, y creo que es porque no tienen datos correctos. Uno de esos datos es que “en Estados Unidos las drogas duras y legales mataron entre 12 y 18 mil personas en 2004, por abuso de alcohol –sin contar los accidentes de tráfico, murieron entre 80 y 100 mil, y por tabaco 400 mil. Por la mariguana: cero”.

El Museo Universitario del Chopo se localiza en la calle Dr. Enrique González Martínez 10, colonia Santa María La Ribera. Su página de Internet es www.chopo.unam.mx