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Reivindican costureras vigencia de su lucha por mejoras laborales

Lamentan que a 25 años de los sismos el saldo no sea positivo; sigue la explotación

Aseguran que las autoridades han echado para atrás muchos de los logros conseguidos

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Aspecto de la misa celebrada por el obispo Samuel RuizFoto Jesús Villaseca
 
Periódico La Jornada
Lunes 20 de septiembre de 2010, p. 40

A 25 años de los sismos que enlutaron esta ciudad, las costureras y costureros 19 de Septiembre lanzaron una consigna: no hemos claudicado ni claudicaremos en nuestra lucha por tener mejores condiciones laborales y mejores condiciones de vida.

Como cada año hubo la convocatoria abierta para todas las mujeres y los hombres que sobrevivieron a los movimientos telúricos que convirtieron en escombros su centro de trabajo, en la colonia Doctores, y que reveló las condiciones de explotación laboral que enfrentaban.

También, como cada año, y en punto de las 7:19 horas de la mañana, se realizó una misa en memoria de los compañeros caídos aquel 19 de septiembre de 1985, la cual fue oficiada por el obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, Samuel Ruiz, a quien las costureras consideran el obispo de los oprimidos.

En su homilía, el prelado resaltó el valor de la solidaridad, no sólo nacional sino internacional, que se manifestó en esas fechas trágicas: allí se expresó y se vivió la verdadera fraternidad. No debemos olvidar esos ejemplos que estimulan para que nosotros vivamos, también en lo que toca, una solidaridad con nuestros hermanos.

Después, uno a uno fueron fluyendo los nombres de las costureras y costureros que perdieron la vida bajo las ruinas del edificio de Manuel José Othón 160, donde laboraban en condiciones deplorables: Rosa Camacho, Carmen Pantoja, Diana López, Francisco Meneses, Amalia Rodríguez... y muchos más.

Al final del acto litúrgico, el centenar de sobrevivientes y deudos de los caídos realizaron una marcha sobre la calzada de Tlalpan e hicieron paradas en los lugares que les sirvieron de refugio, de punto de encuentro, de espacio para la organización, y en los cuales colocaron ramos de flores blancas.

Gloria Juandiego Monzón es una de aquellas mujeres que trabajaban de costureras en esos talleres clandestinos de Manuel José Othón. Sobrevivió a los sismos y a 25 años de distancia resume: “lo rescatable de aquellos hechos es la conciencia que logramos forjarnos muchas de nosotras, quienes no sabíamos que teníamos derechos, que podíamos organizarnos y luchar por ellos, y que ahora, por medio de la Unión de Costureras y Costureros 19 de Septiembre, se ha logrado avanzar mucho en eso.

Aquellos sismos también nos ayudaron a desenvolvernos y a levantar la voz, a no amedrentarnos ante los patrones, y a poder enfrentar al gobierno en la defensa de nuestros derechos. Eso es algo que no habremos de olvidar, y que en memoria de nuestras compañeras caídas debemos seguir luchando hasta el último momento, añadió.

Conchita Guerrero es otra de las fundadoras del sindicato de costureras, y lamenta que a 25 años de esos hechos el balance no es positivo, pues su organización desapareció y quedó en asociación civil; la explotación laboral sigue igual, como también la protección a los empresarios. “Lo que sí cambió –dijo– es la conciencia de la gente.”

Aldegunda Rojas, otra protagonista del movimiento de las costureras, asegura que han sido las autoridades las que han echado para atrás muchos contratos, muchas prestaciones, muchos derechos ganados por las costureras, y que hoy, como el 19 de septiembre de 1985, son sólo recuerdos.