Opinión
Ver día anteriorJueves 9 de septiembre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

Temores sobre los comicios vecinales

El PRD contra el PRD

E

n todos los ámbitos de la política en la ciudad hay ciertos temores por las elecciones vecinales que se efectuarán el domingo 24 de octubre. Son, desde luego, temores justificados y van desde la participación de las tribus perredistas hasta la muy posible baja participación de los ciudadanos del DF en esa contienda que, como se quiera ver, marcará en definitiva la elección de 2012.

Sería muy ingenuo pretender que la estructura partidista del PRD, lo que conocemos como tribus, se marginara de un proceso de este tamaño. Sería tanto como pedirle a Calderón que dejara de utilizar todos los medios a su alcance, que son muchos, para trampear cualquier comicio.

El temor de una muy baja participación ciudadana, que debería ser la preocupación principal, no lo es tanto. Mientras menos gente vaya a las urnas, más posibilidad existe de que las tribus se apoderen de las riendas de ese escalón de poder que podría ser la clave, como dijimos, para las elecciones federales en el DF, pero un escenario diferente, cuando menos por el momento, parece imposible. Ni el PAN ni el PRI cuentan con una red de militantes organizados como la que ha construido el PRD.

Por el contrario. El PRI ha ido creando la especie de que cuenta con algún poder dentro de ciertas delegaciones, pero los mismos priístas saben que no tienen la fuerza para desmantelar la fuerza clientelar que obedece a los intereses amarillos. El PRI abandonó la ciudad y hoy, aún con el otro supuesto, el de la fuerza de Peña Nieto, no le alcanza para cambiar el ritmo de este baile.

Es muy probable que desde muchas partes se esté apostando a eso, a la baja participación ciudadana, y por ello la elección sea tan poco publicitada, aunque sea tan trascendente. Con la escasa difusión que se ha hecho parecería que lo que busca es no despertar ningún interés entre la ciudadanía.

Acción Nacional simplemente no cuenta. No tiene un candidato importante ni una fuerza ciudadana capaz de competir, aunque lo que sí tiene es tan poca vergüenza que, no obstante que sus gobiernos han llevado al país al desastre que se vive, podría incluso tratar de posicionarse en las delegaciones que mal gobierna.

Por eso la historia debe contarse de otra manera. En el campo de batalla sólo existe el PRD contra el PRD. Los escenarios en ese partido han cambiado. El chuchismo, que fue predominante, está vacío, acusado de traición, y las demás corrientes crecieron y presentarán, se haga lo que se haga, sus propias opciones al electorado, aunque no vayan acompañadas de las siglas de la tribu.

Y aunque hay muchos que suponen que la IDN de René Bejarano dominará, lo cierto es que se ha ignorado el trabajo de base que se tiene en otros frentes, y es casi seguro que vengan sorpresas que indiquen una transformación en el mapa perredista de la ciudad.

Los candidatos, por eso, llegarán provistos del disfraz ciudadano, pero todos, o la gran mayoría, tendrán el sello de alguna de las tribus que los postulan. Ya se verá, andando el tiempo, quién es quién en la batalla que hoy muestra un bajo perfil, pero cuyo fragor ya se escucha.

De pasadita

Y sí, habrá que ver muy de cerca quiénes se inscriben en la contienda y descubrir, por ejemplo, a los fanáticos que buscan el poder. El ejemplo más claro se tiene en Iván Manjarrez, un fanático cristero que antes de responder a los cuestionamientos de la prensa agredió físicamente a una reportera. Es importante tenerlo en cuenta porque esos personajes deberían estar impedidos por ley para enrolarse en una contienda electoral. ¡Ciudado!