Economía
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La pregunta no es si disminuirá el ritmo de la economía, sino qué tan profunda será

Crece temor a una nueva desaceleración
 
Periódico La Jornada
Domingo 29 de agosto de 2010, p. 25

Washington, 28 de agosto. Apenas hace unos meses la crisis de la deuda en Europa amenazaba con frenar el rebote de la economía global tras la recesión, justo cuando Estados Unidos daba pasos confiados en el camino de la recuperación.

Sin embargo, la situación dio un vuelco con velocidad. La revisión a la baja del crecimiento en Estados Unidos reportada el pasado viernes muestra una economía en proceso de desaceleración en el segundo trimestre, mientras que Europa continúa con una inesperada recuperación liderada por Alemania, su mayor economía.

Tras sufrir fuertes caídas a principios de este año, los mercados europeos crecieron cuatro por ciento en los últimos tres meses, mientras el euro subió más de 10 por ciento frente al dólar, luego de alcanzar su mínimo en cuatro años a principios de junio. En contraste, el pesimismo en Estados Unidos provocó que los indicadores de Wall Street caigan o se mantengan en el mismo nivel en los últimos tres meses. El índice industrial Dow Jones cayó el pasado jueves por debajo de la marca de los 10 mil puntos por primera vez desde el 6 de julio.

La tarea de la recuperación económica para gran parte del mundo está lejos de concluir, dijo el pasado viernes el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Ben Bernanke, quien prometió hacer todo lo que esté a su alcance para asegurar la continuidad de la recuperación económica.

La situación en Estados Unidos, sumada a los signos de que la acelerada expansión económica china podría estar perdiendo velocidad, tienen como resultado una sensación cada vez más profunda de incertidumbre sobre las perspectivas de la economía global.

También es probable que afecten el crecimiento las medidas en todo el mundo para recortar los programas de gasto público, en respuesta a los altos déficits presupuestarios.

Incierto panorama

Para muchos economistas la pregunta no radica en si la economía mundial se ralentizará este año, sino cuán profunda será la desaceleración.

Los ánimos son especialmente preocupantes en Estados Unidos, donde en el segundo trimestre el producto interno bruto (PIB) creció a una anémica tasa de 1.6 por ciento anual, luego de expandirse 3.7 por ciento en los primeros tres meses de 2010.

Además, la cifra de desempleo se mantiene estancada en 9.5 por ciento, apenas 0.6 puntos porcentuales por debajo de la mayor cifra en 25 años alcanzada a fines de 2009. El desempleo real –que incluye a aquellos que dejaron de buscar empleo o que tuvieron que recurrir a trabajos de tiempo parcial– se encuentra en un considerable 16.5 por ciento.

Oscar Jorda y Travis Berge, de la Fed de San Francisco, consideraron que una recaída recesiva en los próximos dos años es una posibilidad importante. Todo esto genera una enorme presión para el presidente Barack Obama, quien lucha por convencer a la población de que tiene a la economía bajo control. Pero por primera vez desde que asumió, las encuestas de este mes muestran que más de 50 por ciento desaprueba su presidencia.

La relativa recuperación de la eurozona provocó cierto optimismo últimamente, pero los ciclos de negocios de la región suelen seguir a los de Estados Unidos, dijo Jennifer McKeown, economista europea del grupo de investigación Capital Economics. El crecimiento en la eurozona casi con seguridad seguirá muy pronto el curso de los Estados Unidos, agregó.

Incluso China, que lideró la salida de la recesión y este mes superó a Japón como la segunda economía mundial, viene mostrando signos de enfriamiento de la actividad, pues se pretende evitar los tipos de burbujas que llevaron a las naciones ricas a la crisis.