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Fue uno de los actos conmemorativos del 50 aniversario de la Filmoteca de la UNAM

Con una linterna mágica de 1890 regalan noche de ensueño en CU

Terry Borton, de The American Magic-Lantern Theater, maravilló con las imágenes e hizo reír a los presentes

Se usaron unas 100 diapositivas, copias de las realizadas en los siglos XIX y XX

Foto
Placa de una de las historias exhibidas
 
Periódico La Jornada
Lunes 16 de agosto de 2010, p. a13

Un hombre mayor, ataviado con traje de época, sombrero de copa y patillas blancas, dio la bienvenida a principios del siglo XX y pidió a los presentes volver a tener tres años de edad.

Durante la siguiente hora, las personas que llenaron la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, efectivamente rieron, aplaudieron e intentaron seguir las canciones, como si tuvieran tres años, maravilladas con las imágenes creadas por la linterna mágica.

Este sábado, The American Magic-Lantern Theater (El Teatro Estadunidense de la Linterna Mágica) ofreció una función al estilo de las que se hacían antes de la llegada del cine, muy populares en la frontera de los siglos XIX y XX. Una de las novedades que trajo la linterna mágica es que permite ver imágenes en movimiento. Es más, el cine tomó de ella muchas de sus técnicas, como disolvencias, superimposiciones, zooms, paneos y manejo del dolly.

Desde un costado, con tecnología heredera de aquella linterna, con una cámara de hoy se filmaba la función.

Con las imágenes proyectadas, acompañadas con música de piano en vivo, Terry Borton narró breves historias o anécdotas cómicas, como la del señor que al roncar le entra una rata a la boca. También hubo canciones e incluso un lado solemne, con la presentación del poema El cuervo, de Edgar Allan Poe, con música de la sonata para piano op. 10 no. 3, de Beethoven.

Al principio de El cuervo, el protagonista está atrapado en su cuarto, en su propia mente, y todo es nítido. Conforme comienza a volverse loco, el entorno va perdiendo foco, como se haría en el cine de hoy, explicó Borton.

Las imágenes, muchas de ellas pinturas de las cuales se hacen reducciones fotográficas, se presentan en diapositivas como del tamaño de una postal, enmarcadas en madera. Son transmitidas a través de un proyector inglés de 1890. Este espectáculo usa unas 100 diapositivas, copias de originales realizadas en el siglo XIX y principios del XX, muchas, reducciones de obras de Joseph Bogas Beale. El movimiento de las imágenes en pantalla se logra de varias maneras: en unas, se gira una manivela que mueve la imagen; en otras, unas placas son desplazadas de un lado hacia otro.

Todo esto y mucho más lo explicaron los integrantes de la compañía (Nancy Stewart, Valerie Nicolosi y Borton), tras la función. Un nutrido grupo se arremolinó a su alrededor y escuchó lo contado por Terry Borton, a quien la pasión por la linterna mágica le viene de familia. Su bisabuelo hacía espectáculos con una lámpara de queroseno, en 1869. Esa misma la usó su padre en funciones para gente del barrio, contó.

Borton es productor de The American Magic-Lantern Theater, fundada en 1992. La compañía proclama actualmente ser la única que viaja y que es profesional.

La linterna mágica fue inventada en 1659 y para 1890, andaba por todos lados, dijo Borton en la introducción del espectáculo que dirige, realizado como parte de las celebraciones del aniversario 50 de la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

A finales del siglo XIX, la mayoría de los espectáculos eran sobre temas religiosos, científicos o de viajes. Imagine que usted vivía en un pueblito y le mostraran las cascadas de Niágara por primera vez, describió.

A la mitad del espectáculo, un foco dejó de funcionar, por lo que en ocasiones se notaba cuando metían y sacaban las diapositivas. El proyector tiene dos lentes, y durante un rato sólo usó uno.

En lugar de queroseno

Las diapositivas que utiliza son copias de antiguos originales y el proyector es el mismo de 1890, con todo y lentes, sólo que ahora se logra la iluminación con electricidad en vez de queroseno. Una de las diapositivas no es una pintura reducida, sino la figura de un changuito de metal, que se balancea y da marometas.

La compañía, radicada en Connecticut, realiza giras por Estados Unidos y diversos países. Es la primera vez que hace una presentación en español. El actor mexicano Juan Ignacio Aranda hizo una traducción dramática de algunas partes del espectáculo.

Guadalupe Ferrer, directora de la Filmoteca de la UNAM, dio las palabras de bienvenida e informó sobre la exhibición montada en la entrada a la sala, con proyectores de acetileno, tungsteno y petróleo, y diapositivas originales. Es parte de la colección de la institución universitaria.

Ferrer dijo que esa función estaba dedicada a los trabajadores de la filmoteca.