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Economía Moral

Pobreza y persistencia del campesinado / VII

Omisión del proceso discontinuo de trabajo en la teoría del valor de Marx

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arx vio con toda claridad el carácter estacional del trabajo en la agricultura, como lo mostré en la entrega anterior (30/7/10), pero esta percepción la expresó en El capital sólo en los libros Segundo y Tercero, pero no en el Primero, donde desarrolla la teoría del valor de la fuerza de trabajo a pesar de que para entonces ya estaba conciente del problema, como lo muestra la cita de los Grundrisse (redactado en 1857-1858, antes de El capital) incluida en la entrega anterior. Al exponer, en los primeros cinco capítulos de El capital los rasgos esenciales de su teoría del valor, supone siempre un proceso de trabajo continuo y la igualdad entre tiempo de trabajo y tiempo de producción, supuestos ambos que Marx analiza en los libros Segundo y Tercero encontrando que no se cumplen en algunos procesos productivos, particularmente en la agricultura. Hoy recorro algunos de esos primeros capítulos destacando el supuesto de continuidad del proceso de trabajo.

En el capítulo I Marx caracteriza las mercancías como: objetos útiles o valores de uso, que en cuanto cristalizaciones de trabajo humano abstracto (gasto de fuerza de trabajo) son también valores que se manifiestan en sus valores de cambio respecto de otras mercancías; y cuya magnitud de valor está determinada por la cantidad de trabajo socialmente necesaria para producirlas. Pero mientras el trabajo humano abstracto es la única fuente de valor, añade (citando a William Petty) que el trabajo es el padre y la naturaleza la madre de la riqueza material (formada por valores de uso). La riqueza (los valores de uso) crece cuando se desarrollan las fuerzas productivas, pero el trabajo objetivado en las mercancías, su valor, puede quedar igual o incluso disminuir.

En el capítulo IV Marx (habiendo introducido previamente en los capítulos II y III la circulación de mercancías y el dinero que la posibilita), aborda la transformación del dinero en capital (dinero que se valoriza a sí mismo)1 sin resolver todavía cómo es ello posible, pero afirmando que no puede surgir de la circulación ni del dinero, para después resolver el enigma mostrando que el aumento de valor tiene que derivarse del consumo de una mercancía cuyo valor de uso sea fuente de valor: la fuerza de trabajo (FT). Marx se propone, por tanto, analizar con detenimiento la peculiar mercancía FT que, como todas las mercancías posee un valor. Marx se pregunta cómo se determina éste. La respuesta, central para la teoría de la plusvalía, lleva a Marx a forzar el concepto de producción para hacer que la FT se pueda concebir como mercancía producida.2 La respuesta sólo aplica plenamente para procesos de trabajo continuos, donde no hay interrupciones en las cuales el trabajador se quede sin pago. Inserto entre corchetes mis comentarios y omito, indicándolo con puntos suspensivos, algunas frases:

El valor de la fuerza de trabajo (FT), al igual que el de toda otra mercancía, se determina por el tiempo de trabajo necesario para la producción, [la traducción de Roces añade aquí la palabra incluyendo] por tanto también la reproducción de ese artículo específico. En la medida en que es valor, la FT misma representa únicamente una cantidad determinada de trabajo medio social objetivada en ella. La FT sólo existe como facultad del individuo vivo. Una vez dada dicha existencia, la producción de la FT consiste en su propia reproducción o conservación. Para su conservación el individuo vivo requiere cierta cantidad de medios de subsistencia. Por tanto... el valor de la FT es el valor de los medios de subsistencia necesarios para la conservación del poseedor de aquélla [Esta frase es literalmente falsa porque no incluye la ‘producción’ del trabajador, sólo su conservación, ni la producción de su descendencia que Marx añade después]. La FT, sin embargo, sólo se efectiviza... en el trabajo. Pero en virtud de su puesta en actividad, que es el trabajo, se gasta una cantidad determinada de músculo, nervio, cerebro, etcétera, humanos que es necesario reponer. Este gasto acrecentado trae consigo un ingreso también acrecentado. [Scaron traduce mal lo marcado en cursivas, porque lo convierte en hecho, mientras Roces y Fowkes dejan claro que se trata de un mayor requerimiento: Roces dice “tiene quey Fowkes traduce: “Puesto que se gasta más, más debe ser recibido”. La nota al pie que inserta aquí Marx señala que el administrador de los esclavos recibía menor ración que los esclavos agrícolas por ser su trabajo más liviano]. Si el propietario de la FT ha trabajado en el día de hoy, es necesario que mañana pueda repetir el mismo proceso bajo condiciones iguales de vigor y salud. La suma de los medios de subsistencia, pues, tienen que alcanzar para mantener al individuo laborioso en cuanto tal, en su condición normal de vida. [En la agricultura, el mañana laboral puede estar a varios meses de distancia del hoy laboral, pero el texto de Marx se refiere al hoy y mañana cronológicos, suponiendo un proceso continuo de trabajo]...El propietario de la FT es mortal. Por tanto, debiendo ser continua su presencia en el mercado –tal como presupone la continua transformación del dinero en capital– habrá de perpetuarse, “del modo en que se perpetúa todo individuo vivo, por medio de la procreación”. [Marx cita a Petty. Aunque aquí el término continua se refiere a intergeneracional, es evidente que con el supuesto de continuidad está desarrollada toda la argumentación que, por ello, deja fuera la agricultura]. Será necesario reponer constantemente con un número por lo menos igual de nuevas fuerzas de trabajo, las que se retiran del mercado por desgaste y muerte. La suma de los medios de subsistencia necesarios para la producción de la FT, pues, incluye los medios de subsistencia de los sustitutos, esto es de los hijos de los obreros, de tal modo que pueda perpetuarse en el mercado esa raza de peculiares poseedores de mercancías [Marx omite aquí los medios de subsistencia de quien cuida a los menores y lleva a cabo el trabajo doméstico, sin los cuales no hay producción de FT]... Diariamente se consume una parte de los medios de subsistencia –por ejemplo, alimentos, combustibles, etcétera– y es necesario renovarlos diariamente. Otros medios de subsistencia, como la vestimenta, el mobiliario, etcétera, se consumen en lapsos más prolongados...Las mercancías de un tipo deben comprarse o pagarse diariamente, otras semanalmente, o cada trimestre, etc. Pero sea cual fuere el modo en que la suma de estos gastos se distribuya, por ejemplo a lo largo de un año, es necesario cubrirla día a día con el ingreso medio. [Al decir diariamente Marx subraya el carácter continuo del consumo humano, pero no ve aquí ningún problema porque está suponiendo, también, un proceso de trabajo y remuneración continuo. Marx añade la siguiente fórmula: Media diaria de mercancías = (365A+ 52B+4C +... )./ 365. En la gráfica he realizado un cálculo con una fórmula parecido a partir de la Canasta Normativa de Satisfactores Esenciales, CNSE, de Coplamar, modificada por Alejandro Marín].

¿Qué pasa cuando en esta teoría sobre el valor de la FT se introduce la realidad de trabajo discontinuo en la agricultura? Desde luego, hablar de la mercancía FT supone hablar de capitalismo, por lo cual la respuesta tendríamos que formularla en términos de una economía con un sector agrícola significativo en la cual toda la producción se lleva a cabo con reglas capitalistas. En próxima entrega intentaré mostrar que tal economía no podría funcionar, lo cual demostraría lo que he argumentado en entregas anteriores de esta serie, que el capitalismo puro en la agricultura es imposible, a menos que remunerase la FT por todo el año aunque la usase sólo una parte de éste, transfiriendo el mayor costo a los consumidores.

1 Dice Marx: En realidad, el valor... ha obtenido la virtud oculta y misteriosa de engendrar valor por el hecho de ser valor. Lanza al mundo crías vivientes o al menos pone huevos de oro (p. 110, edición Fondo de Cultura Económica, traducida por Wenceslao Roces).

2 Me baso en la traducción de Pedro Scaron publicada por Siglo XXI Editores (pp. 207-209 del Tomo I, Vol.I, pero comparé el texto con la traducción de Roces y con la traducción al Inglés de Ben Fowkes publicada por Penguin Books.