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Disquero
Una delicada obra de arte
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Keith Jarrett
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Periódico La Jornada
Sábado 31 de julio de 2010, p. a16

Desde lo primeros acordes lo que suena es poesía en estado puro. Del teclado nace una nota sola, desnuda; enseguida un acorde en tríada entibia el aire, y a eso responde otra nota enhiesta desde el contrabajo y con ese verso inicial la atmósfera ya está completa.

El tono entero es definitivamente romántico, sensual, intimista. Ideal para el idilio.

Al escucharlo, mujeres bellas exclaman: ¡con esta lluviecita y esa música, sólo falta un vinito y...!

Keith Jarrett, quien está al piano, y Charlie Haden, quien abraza a una mujer desnuda y en lo oscuro: su contrabajo acústico, lo ponen en estos términos: este disco impele a uno a llamar en plena medianoche a la amante, la amiga, la pareja.

Jasmine se llama el álbum. Es el nuevo disco de este hombre que ha crecido espiritualmente. Su sabiduría, aunada a la de otro gran maestro, el contrabajista Charlie Haden, los llevaron a titular Jazmín a este disco cuyas virtudes son similares a las de esa flor tan bella que portan las mujeres en el cabello y que es la madre de todos los perfumes.

Que hable la Academia: el jazmín es un arbusto de origen árabe, perennifolio, de la familia de las Oleáceas. En aromaterapia se emplea en el aspecto emocional como un afrodisiaco y por la parte física como relajante muscular y analgésico. Ah, y como no existen las casualidades, la floración del jazmín comienza con agosto.

Si uno escucha Jazmine, percibirá ese embrujo aromático, irresistible que hace poner cara de idiota creyendo que es cara interesante, babear de placer pensando que nada más saliva, experimentar un ligero aumento de luz en el ambiente que es al mismo tiempo disminución a luces tenues y un par de grados centígrados de más en el termómetro. Mariposas en el vientre. Y todo lo demás.

El maestro Keith Jarrett confiesa en el cuadernillo de notas de este disco sublime: Charlie Haden y yo estamos condenados de por vida a perseguir la belleza.

Esta vez la tocaron.

La belleza recorre una a una las estancias de este álbum, recorre los velos sin menoscabo del misterio, abre las ventanas sin desdoro del olor de los jazmines que entrevuelan los cabellos de ella y también en los que florecen ventana afuera, en el jardín, polinizados en el acto de amor de un colibrí que en este instante posa sus alas en los andamios invisibles del aire para depositar su amor, succionar el néctar y llenar de vida las oquedades.

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Charlie Haden

Una colección exquisita de canciones clásicas de amor, puestas en caricias merced a la exaltación de un piano y un bajo acústicos, conforman el jardín sonoro de esta delicada obra maestra, que es al mismo tiempo la nueva producción del maestro alemán Manfred Eicher, quien creó y dirige el sello disquero ECM, cuya existencia ha cambiado para bien al mundo.

Desde el track inicial, For all we know, aquella creación de lirismo intenso de la pareja Coots/Lewis; haciendo intermedio en el clásico de clásicos Body and soul, para culminar en la enternecida Don’t ever leave me, de Jerome Kern y Oscar Hammerstein, las ocho piezas seleccionadas elevan a la condición de obra de arte lo que antes se llamaba simplemente cover o standard. No, en las manos de Jarrett y Haden, estas composiciones vuelven a nacer, convertidas en arroyos transparentes, paisajes deslumbrantes, noches de amor.

Este hermoso disco es un vehemente, intenso discurso amoroso.

Es piel suave, besos húmedos, caricias mil. Y también ensoñación, fantasía. Vuelo.

Las muchas conexiones que uno encuentra con un álbum anterior de Jarrett, para piano solo, también de título y de contenido poéticos: The melody at night with you, se confirman en muchos de los pliegues de esta seda que resbala hombros abajo, este negligée sin negligencias, esta turgencia sin urgencia que se desliza en cada pieza y en especial en la habitación del amor.

Por último pero no a lo último: el maestro Jarrett recomienda escuchar este disco en un buen aparato de sonido, para captar la infinita gama de nuances, guiños, sutilezas.

Ya lo hice, pero también lo he escuchado en otras partes. Es el primer disco compacto que se me raya en menos de una semana.

¿Un disco afrodisiaco que es al mismo tiempo en mood zen?

Helo aquí.