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Reintroducen en Chihuahua 23 ejemplares procedentes de Estados Unidos

En marcha, plan de rescate del bisonte, antiguo habitante mexicano

El proyecto pretende fomentar el consumo de carne; tiene menos grasa y es más sabrosa, explica Rurik List, de la UNAM

La especie contribuye a preservar los pastizales, su hábitat

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Llamado búfalo en Estados Unidos, es el mamífero terrestre más grande del continente americano y el último gran representante de la fauna de la edad de hieloFoto Rurik List
 
Periódico La Jornada
Jueves 22 de julio de 2010, p. 2

Hasta hace 150 años los bisontes habitaban una tercera parte del territorio nacional. Sin embargo, poco a poco fueron desapareciendo del paisaje del norte de México. En la actualidad, el gobierno mexicano, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y organizaciones de la sociedad civil llevan a cabo un programa de reintroducción de ese animal en las praderas de Chihuahua, con la finalidad de recuperar la especie y los servicios que brinda a su ecosistema: el pastizal.

El pasado noviembre llegaron a México los primeros 23 bisontes procedentes de Estados Unidos. Los conservacionistas pretenden contar con el apoyo de los ganaderos mexicanos para fomentar el consumo de carne de ese animal y, a partir de ahí, recuperar la especie y la identidad cultural que algún día representó.

En entrevista, Rurik List Sánchez, biólogo del Instituto de Ecología de la UNAM e impulsor del programa, explicó la historia de esa especie, la importancia de rescatarla y el estado actual del proceso de reintroducción.

El bisonte, llamado búfalo en Estados Unidos, es el mamífero terrestre más grande del continente americano y el último gran representante de la fauna de la edad de hielo. Este animal, de más de 800 kilogramos, siempre se consideró especie estadunidense, muy vinculada con los pueblos originarios de ese país por el consumo de pieles y carne. Sin embargo, habitó los estados mexicanos de Coahuila, Chihuahua, Sonora, Durango y Zacatecas desde el pleistoceno, señaló.

Agresiones que causaron su desaparición

De acuerdo con el especialista, se calcula que antes de la llegada de los españoles alrededor de 30 millones de bisontes poblaron las planicies de Norteamérica, pero la modificación del clima, la cacería, la transformación de pastizales en tierras de cultivo, las enfermedades del ganado europeo y las masacres provocadas por la demanda de bandas del cuero del animal para mover la maquinaria de la nueva industria europea impactó en la población hasta que, en el siglo XIX, desapareció de tierras mexicanas.

En Estados Unidos la labor de rescate de la especie empezó a finales del siglo XIX, y en la actualidad, se estima que hay seis millones de ejemplares en Norteamérica, de los cuales 95 por ciento están en ranchos dedicados a la cría para carne de consumo humano. El cinco por ciento restante es silvestre y vive en parques nacionales, como el de Yellowstone, donde es muy poco el manejo de ese mamífero.

En los años 30 del siglo pasado el gobierno estadunidense donó algunos ejemplares a Chihuahua, cuyos descendientes pasan los veranos en Estados Unidos y los inviernos en los pastizales de Janos.

Esos bisontes son muy importantes porque son los únicos libres de México. Aquí el mamífero está considerado en peligro de extinción y cuando la manada está en territorio mexicano se considera propiedad de la nación, pero cuando está en Estados Unidos, donde se le llama ganado; el dueño es un ranchero que usa a los animales para cacería. Es una manada de entre 130 y 80 animales.

Sin embargo, la construcción del muro fronterizo que levanta el gobierno estadunidense entre ambos países empieza a obstaculizar el libre paso de fauna silvestre, como los bisontes.

La barrera ya ocupa la mitad del valle que usan los bisontes. Como hay mejor manejo de ellos en Estados Unidos, es muy probable que la construcción de ese muro provoque que esos animales desaparezcan de México.

Explicó que para lograr que esta especie vuelva a habitar territorio nacional se puso en marcha el Plan de Acción para la Conservación de la Especie Bisonte, liderado por la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp), la UNAM y las organizaciones civiles Tutuaca Mountain School y The Nature Conservancy (TNC).

El programa parte de la premisa de que la recuperación del bisonte puede ser buena herramienta para recuperar los pastizales en México que están amenazados.

El biólogo explicó que entre los servicios ecológicos que prestan estos animales figura la poda de vegetación para la sobrevivencia de especies como el perro llanero, el berrendo, el chorrito llanero o el zarapito pico largo. Asimismo, los baños de tierra del mamífero crean depresiones en las que se acumula agua de lluvia, lo cual permitió la reproducción de especies acuáticas como sapos e insectos. Otros servicio es que estos animales, al frotarse contra los árboles durante la muda de pelo, los derriban y mantienen abierto el pastizal. Por lo que el bisonte ayuda a mantener la biodiversidad biológica de Norteamérica.

Del Parque Nacional Wind Cave

En noviembre de 2009, 20 hembras y tres machos provenientes del Parque Nacional Wind Cave, de Dakota del Sur, Estados Unidos, llegaron a Chihuahua como parte del programa nacional de recuperación y, tras un periodo de cuarentena, fueron instalados en la Reserva Ecológica El Uno, manejada por TNC, en la biosfera de Janos.

A partir de este grupo, esperamos repoblar otras áreas del norte de México, pero esto será dentro de cuatro o cinco años, cuando el grupo alcance un tamaño que lo permita. Vamos a traer de 20 a 25 bisontes por año con la idea de mantener un grupo de 100 que produzca anualmente entre 30 y 70 bisontes.

Este proyecto contempla desarrollar en México la cultura del consumo de carne de bisonte para contribuir al éxito del programa.

Como la gente de la región vive de sus tierras, tenemos que darle alternativas. Por eso empezamos a trabajar el manejo de bisontes, pues no son como las vacas. La idea es ir remplazando el ganado por bisontes, porque además éstos tienen sus ventajas: necesitan menos agua, benefician los pastizales y no acaban los bordes de los ríos.

Por otro lado, la carne de bisonte tiene menos grasa, es mejor para el corazón y es muy sabrosa. De hecho, en Estados Unidos hay cinco millones de bisontes en este esquema. Es cuestión de crear un mercado y desarrollar la cultura de consumir carne de ese mamífero.