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Aprender a Morir

Microedición agotada

E

n la columna del 5 de julio de 2010) afirmé: La sandez como política de comunicación y la torpeza para comunicarse son dos de las muchas perlas que luce el presente régimen, y cuál no sería mi sorpresa que el martes 6 Sandra Licona, jefa de Prensa del Fondo de Cultura Económica (FCE), tuvo la gentileza, por fin, de enviarme una copia de su segunda carta aclaratoria publicada en El Correo Ilustrado de La Jornada respecto al agotado libro La fabricación de nuevas patologías, del investigador peruano Emilio La Rosa.

De haber anexado una copia de su primera respuesta, publicada el viernes 25 de junio, al correo electrónico que aparece al final de esta columna, doña Sandra habría evitado la repetición de funciones por partida triple: la de ella, la de los lectores y la de este columnista, que por coincidencia anduvo lejos de la civilización por esos días.

En todo caso, las cartas de respuesta a un medio deben ser dirigidas en primera instancia a quien hizo la pregunta o el cuestionamiento, y simultáneamente o después, a quien la persona o institución aludida juzgue conveniente, pero de ninguna manera omitir al remitente, como ocurrió con la respuesta inicial.

Por lo demás, ambos correos del FCE dan explicaciones que vale la pena comentar, entre otras que se trata de un libro impreso en Perú, y la cantidad inicial de ejemplares distribuidos en México se agotó muy pronto. Por ello, se ha considerado ya reimprimir esa obra en nuestro país para el segundo semestre del presente año.

Si el FCE edita y vende libros en México, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España, Estados Unidos de América, Perú, Venezuela y Centroamérica, ¿qué criterio aplicó para imprimir sólo mil ejemplares de un libro de interés fundamental y de urgente difusión entre el público latinoamericano, como nunca a merced de diversos engaños y de la voraz industria de la salud?

Si consideran reimprimir esa obra, ¿por qué fue borrada de su catálogo de publicaciones? Si hay algunos ejemplares en la librería del FCE Alfonso Reyes, ¿por qué no aparecen en la base de datos del resto de las librerías? Si el FCE siempre ha tenido la disposición de responder a cualquiera de sus lectores, ¿por qué no obtuve respuesta de su Departamento de Prensa las tres ocasiones que llamé entre mayo y junio? Ante la crisis, ¿la reimpresión de este importante libro será de otros mil ejemplares?