Opinión
Ver día anteriorDomingo 6 de junio de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Las voces de la Catedral
M

ucho hemos hablado de la Catedral Metropolitana y mucho más tenemos que hablar, ya que es tanto lo que atesora en historia, arte, leyendas, que el interés que suscita va más allá de lo religioso, siendo un sitio de atracción para todos los mexicanos sensibles e interesados en nuestro legado cultural.

Hace unos días participamos en la develación de una placa que deja testimonio del primer aniversario en el que un grupo de talentosos artistas, dirigidos por Francisco Hernández Ramos, ha venido realizando los miércoles por la noche el espectáculo titulado Voces de Catedral. Ambientada en los siglos XVII y XVIII, expresa mediante teatro y música de los monumentales órganos, la historia, liturgia, música y el arte de una de las catedrales más importantes de América Latina.

El culto y dinámico sacerdote José de Jesús Aguilar Valdés concibió la idea cuando era sacristán mayor de la Catedral. Platica que una noche, “luego de cerrar todas las puertas y apagar todas las luces, me quedé sentado un momento en una de las bancas del templo, y recordé que algunas personas me habían comentado que por la noches se oían voces dentro de Catedral.

“Entonces –continuó– me hice una pregunta: si se oyeran voces, ¿qué es lo que dirían? Ya que luego de tantos años de construcción y de fieles que la visitan tendría muchas riquezas que decir.” Ahí concibió la idea de montar una obra de teatro que expresara todas esas voces. Con buen juicio pensó en una visita nocturna, cuando ya el Centro Histórico ha vuelto a la calma; cuando el estacionamiento se facilita y la afluencia de fieles al templo no impidiera visitarlo, sin afectar las celebraciones litúrgicas.

De esta manera, paulatinamente, tras estudiar a fondo la historia, el arte, los músicos y la liturgia de la Catedral realizó el guión; más adelante se diseñó el vestuario con la ayuda de pinturas del siglo XVII y XVIII, y finalmente se armó el grupo de actores. Hay que destacar la belleza del vestuario que realizó Brisa Gómez Cruz.

Toda la experiencia es emocionante: al llegar, los visitantes son recibidos en el atrio poniente y escuchan una de las leyendas más importantes de la Catedral. A continuación se ingresa rodeados por la oscuridad del majestuoso edificio y se llega al Altar del Perdón, en medio de luces de velas y voces que parecen venir del pasado, para presenciar el primer cuadro, en donde diversos personajes de la Catedral hablan de su historia.

Seguidamente, los espectadores entran en el coro para admirar la sillería y los órganos, mientras que los actores platican sobre la música en la Catedral, acompañados del hermoso sonido de los dos órganos monumentales, experiencia única.

Tras escuchar el sonido de las trompetas, se inicia el tercer cuadro en el altar mayor, donde la voz de la Liturgia explica el significado de una catedral, del cabildo de la catedral, el número de obispos que ha tenido la Catedral de México, entre otras cosas.

El cuarto cuadro se realiza en el interior de la sacristía, en donde los actores muestran la riqueza de los ornamentos hechos en hilos de plata y la voz del Arte explica las obras monumentales de Villalpando y Correa.

Por último, el quinto cuadro se lleva a cabo en el Altar de los Reyes, joya del barroco, donde aparece Jerónimo de Balbas, quien lo diseñó en el siglo XVIII, para explicar el sentido de la producción de este espectáculo, además de cada una de sus partes.

Es de verdad una experiencia que no hay que perderse, y que puede culminar sabrosamente en el Café de Tacuba, situado en el número 28 de la calle de ese nombre. Rodeado de su colorida decoración, con azulejos, vitrales y grandes cuadros virreinales, se saborean viandas tradicionales preparadas con rigor, en cazuelas de barro, el chocolate se espuma con molinillo y las salsas se hacen en molcajete. Imperdonables las enchiladas de la casa, los tamales, los pambazos, el chocolate y los buñuelos bañados de miel de piloncillo.