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Descarta la Casa Blanca utilizar una bomba atómica para sellar el pozo petrolero

Logra BP cortar el caño del oleoducto dañado; intentará colocar embudo para absorber crudo
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Un pelícano atrapado por la mancha negra en una playa de Luisiana. El derrame provocado por la British Petroleum está diezmando la fauna localFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 4 de junio de 2010, p. 24

Nueva Orleáns, 3 de junio. La trasnacional British Petroleum (BP) logró este jueves cortar el caño del oleoducto dañado que desató el derrame en el Golfo de México el pasado 22 de abril y se preparaba para colocar un embudo que le permita comenzar a absorber petróleo y gas de la fuga en el lecho marino hacia la superficie, informó hoy la Guardia Costera.

En tanto, el gobierno de Estados Unidos aclaró que no utilizará una bomba atómica para cerrar el pozo petrolero, una opción extrema que The New York Times presentó en su portada de este día.

En cambio, Washington decidió enviarle a la BP una factura por 69 millones de dólares por sus trabajos de limpieza en el mar ante la marea negra y así rembolsar a los contribuyentes los gastos derivados del derrame que siguió a la explosión de la plataforma Deepwater Horizon, con saldo de 11 trabajadores muertos.

Una opción nuclear nunca estuvo planeada y nunca se aplicará, eso sería una locura, dijo al diario un funcionario no identificado del Departamento de Energía.

En el mismo tenor se pronunció el almirante de la Guardia Costera y coordinador federal en la lucha contra el desastre petrolero, Thad Allen. Dijo que antes de considerar esa opción, hay muchas otras cosas a probar.

Casi desde el comienzo del derrame petrolero surgió una y otra vez la idea de una bomba atómica para sellar el pozo, que estuvieron manejando algunos sectores políticos y medios de prensa. Aparentemente la antigua Unión Soviética cerró de esa manera fuentes que tenían fugas de gas.

En este contexto, la Casa Blanca informó que el presidente Barack Obama viajará nuevamente este viernes a la costa del Golfo de México afectada, en lo que será su tercer viaje a la región desde la catástrofe ecológica.

El mandatario demócrata, muy criticado por su lentitud en afrontar la crisis, visitará la costa de Luisiana sur a fin de evaluar los recientes esfuerzos en la lucha contra la contaminación.

Obama dijo a la cadena de noticias CNN que está furioso con toda la situación en el Golfo de México, porque uno piensa en la consecuencias de sus acciones, y agregó que hasta ahora no ha visto una respuesta rápida suficiente de parte de la BP.

El almirante Thad Allen indicó que el procedimiento que realiza la BP para contener la fuga es un significativo paso adelante para sellar la fuga de crudo. Ante los periodistas, dijo que acabamos de cortar el ducto y explicó que se dejó de lado el corte con sierra después de que ésta se atascó, por lo que se utilizaron después unas tijeras gigantes accionadas por robots a mil 500 metros de profundidad en el mar.

Sin embargo, el corte del ducto no ha sido técnicamente tan limpio como se había previsto, lo que hará más difícil la colocación del contenedor que debe recoger el crudo que se derrama al mar y canalizarlo hacia un barco que está en la superficie.

El presidente ejecutivo de la trasnacional británica, Tony Hayward, declaró que en las siguientes 12 a 24 horas se sabrá si esta operación será exitosa.

Hayward destacó los esfuerzos de la empresa petrolera por contener el derrame y confió en que la BP se quedará aquí por mucho tiempo. No obstante, en una entrevista con el Financial Times reconoció que su compañía no estaba preparada para afrontar un accidente en alta mar. Dijo que a la empresa le faltaban medios técnicos para enfrentar un incidente como el presente.

La marea negra le ha costado a la petrolera británica mil millones de dólares, y ahora anunció que pagará 360 millones de dólares necesarios para la construcción de seis secciones de islas artificiales destinadas a proteger Luisiana ante el derrame, luego de que el gobierno de Obama dio luz verde al gobierno del estado para llevar adelante ese proyecto.

A lo anterior se suma ahora una factura por 69 millones de dólares a la BP conforme a la ley estadunidense de contaminador-pagador, anunció el vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs.

Luego de caer fuerte el martes y estabilizarse el miércoles, las acciones de la petrolera subieron levemente este jueves en Londres, sustentadas en expectativas de que el nuevo esquema para frenar la pérdida podría funcionar.

Pero la calificadora de riesgo Fitch Ratings bajó la nota a la BP, revirtiendo su visión original de que el derrame tendría un impacto marginal sobre las finanzas de la compañía británica.

Los valores del gigante británico de la energía se han derrumbado alrededor de un tercio desde que empezó el accidente.

Dos senadores estadunidenses esperan que la firma suspenda el pago de dividendos hasta que haya un cálculo de los costos derivados del desastre causado por el crudo derramado.

La BP puede enfrentar multas por miles de millones de dólares si una investigación del Departamento de Justicia estadunidense detecta que hubo ilegalidades o incorrecciones en las acciones que originaron la catástrofe. Esos cargos se sumarían a los multimillonarios costos ligados a limpieza y compensaciones a la población de la región dañada.

El estado de Luisiana ha sido el más afectado hasta el momento, aunque el petróleo ya llegó a las playas de Misisipi y Alabama y ahora amenaza a Florida. A raíz del desastre, miles de pescadores y otros trabajadores del mar quedaron desocupados hace semanas por la veda que impuso el gobierno sobre el equivalente a 37 por ciento de las aguas del golfo.

En Washington se informó que si los planes de exploración de crudo en aguas superficiales del país cumplen con los nuevos requerimientos de seguridad y cuidado del medio ambiente, éstos deberían recibir los permisos respectivos para realizarse, acorde con el Departamento del Interior.

En un correo electrónico enviado a una firma, el Servicio de Administración de Minerales de Estados Unidos había dicho que no estaba aprobando más permisos de perforación petrolera en aguas de cualquier profundidad en el Golfo de México.

En Copenhague, el grupo naviero y petrolero A. P. Moller-Maersk dijo que estaba investigando reportes sobre una mancha de petróleo avistada en las cercanías de tres de sus campos en el Mar del Norte, pero indicó que no podía identificar ningún derrame.