La Fundación Televisa hizo ayer el anuncio oficial de la repatriación/adquisición de las 220 fotografías que el neoyorquino Paul Strand (1890-1978) imprimió de alrededor de 300 negativos tomados en México entre 1932 y 1934, y luego en 1966, aunque no reveló el monto de la operación realizada con la Fundación Aperture, depositaria del legado del fotógrafo cuya mirada cambió a raíz de su primera estancia en el país.

El conjunto consta de imágenes vintage, impresiones posteriores hechas por el propio Strand y copias nuevas.

La colección también incluye una serie de stills, que Ned Scott tomó durante el rodaje de la cinta Redes, cuya cinefotografía estuvo a cargo de Strand.

Mientras el precio más caro alcanzado por una obra de Strand es de 650 mil dólares, pagados por un retrato de su esposa Rebeca, “hay muchas fotos que salen ahora en subasta que valen mil 500, 2 mil dólares. La gama es amplia y básicamente depende de cuántas copias de esa fotografía imprimió Strand, si la imagen es vintage y la época a la que pertenece”, apuntó Juan García de Oteyza, director de Aperture.

Una muestra de la colección mexicana de Paul Strand llegará a esta ciudad en el otoño de 2011 para su exhibición en el Museo del Palacio de Bellas Artes (MPBA). Paul Strand en México acaba de inaugurarse en el Museo de Arte Patricia y Philip Frost en Miami; posteriormente viajará a la sede de Aperture en Nueva York y luego a El Paso, Texas.

La exposición del MPBA, que será curada por Alfonso Morales, ampliará la perspectiva de lo que sucedía en la fotografía y el arte aquí en esos momentos, expresó Mauricio Maillé, director de artes visuales de la Fundación Televisa. A finales de este año se editará un libro sobre la colección el cual promete ser revelador, porque sólo se han dado a conocer 30 o 40 de sus fotos tomadas en México.

En el acto encabezado por Emilio Azcárraga Jean, presidente del Grupo Televisa, y Consuelo Sáizar, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el empresario dijo que tener de regreso en México un testimonio visual de tal envergadura para la historia fotográfica enaltece el significado de repatriación que representa el compromiso que por más de tres décadas hemos mantenido en esta disciplina artística.

Repatriación simbólica

Hace una década la Fundación Televisa decidió concentrar todos sus esfuerzos en la fotografía para continuar la aventura de Manuel Álvarez Bravo, comenzada en 1980, y construir una colección de imágenes de prestigio mundial.

Preguntado al respecto, Mauricio Maillé explicó que el término repatriación adquiere un sentido simbólico, ya que es un patrimonio para la fotografía mexicana que consideramos de gran valía, que no estaba en México. Agregó que tras tomar la decisión de dedicarnos a la fotografía y, en particular, fortalecer nuestras colecciones en la fotografía mexicana, la presencia de los extranjeros que han recorrido México a lo largo de la historia con sus cámaras representa un testimonio importante al cual tenemos que poner atención.

García de Oteyza señaló que en 1976 Strand creó una fundación que llevaba su nombre y nombró director a Michael Hoffman, entonces titular de Aperture (ambas fundaciones luego se fusionaron). Entre otras cosas, Strand le pidió que se encargara de colocar partes importantes del archivo en los museos más relevantes del mundo y en aquellas colecciones que Hoffman decidiera que debieran tener una importante representación de su trabajo y que se editaran libros.

Al llegar a la dirección de Aperture, hace casi dos años, García de Oteyza pensó que no podría haber un homenaje mejor a Strand que regresaran aquí las fotos que tomó en México, en un periodo formativo. Desde un principio pensé que no había una mejor casa para estas fotografías que la Fundación Televisa.

Aperture sigue siendo propietario de los negativos y los derechos de autor de la obra de Strand.

El entrevistado desmintió que la fundación haya vendido la obra de Strand porque necesite dinero: “Aperture está muy bien financiada. Vamos a empezar una negociación con el Museo de Arte de Filadelfia –recinto que más obra de Strand tiene– porque quieren completar una serie de obras, las cuales representan en términos económicos muchísimo más que esto”.