|
 |
|
Principales características biológicas de las tortugas marinas La contaminación de los mares y las tortugas marinas: una interacción silenciosa, pero con efectos visibles No es una, no son diez… es la arribada Baja California conquistando el movimiento ambiental Evolución y conservación de las tortugas marinas: el papel de la genética molecular Dinámica poblacional de tortuga blanca en el estado de Campeche Tortugas marinas en Bahía de Banderas El autoinjerto en crías de tortuga marina como una herramienta de conservación Correo electrónico: |
Dinámica poblacional de tortuga blanca en el estado de Campeche, 1992 al 2009 Vanessa del Carmen Matos Méndez
México tiene el privilegio de que en sus costas se presenten siete de las ocho especies representantes de dos familias de tortugas marinas que existen en el mundo, Cheloniidae y Dermochelydae. Estas siete especies son tortuga caguama (Caretta caretta), verde o blanca (Chelonia mydas) (Fig. 1), prieta o verde (Chelonia agassizzi), carey (Eretmochelis imbricata), lora (Lepidochelys kempii), golfina (Lepidochelys olivacea) y laúd (Dermochelys coriacea). Todas ellas se encuentran en la lista roja de animales amenazadas de la UICN. La protección de tortugas en las playas campechanas comenzó en 1977 con el establecimiento del primer campamento en el poblado de isla Aguada; en 1992 se lograron establecer seis y en la actualidad hay once campamentos tortugueros ubicados estratégicamente en las playas más importantes de anidación. Las playas índices de anidación de tortuga blanca son isla del Carmen, isla Aguada, Sabancuy, Chenkán y Cayo Arcas. En las playas mexicanas existen varios programas de marcado de tortugas; sus objetivos son conocer el número de hembras anidadoras y su comportamiento. Además, permite identificar individuos de una población, reconocer rutas migratorias y entender ciertos aspectos sobre su biología reproductiva (intervalos de remigración, frecuencia de anidación, número de neonatos producidos por tortugas), tamaño y tendencias de la población; una marca en una tortuga marina significa aprender sobre su historia de vida, de sus parámetros individuales, poblacionales y biológicos. El marcado de tortugas marinas inició en 1953 por Tom Harrison. Las marcas más utilizadas se fabrican de plástico y metal, como las del ganado. Las marcas rectangulares u ovales, con un tamaño desde 2.0 a 4.2 cm, tienen la ventaja de evitar pegarse o enredarse en alguna superficie. Es importante ubicar el sitio donde se colocarán las marcas metálicas. En la tortuga laúd es en el pliegue proximal de las aletas posteriores. En las demás tortugas es sobre la primera y segunda escama del borde interior de las aletas anteriores. La carey posee las escamas más gruesas, por lo que es necesario utilizar un instrumento punzocortante para colocar la marca (Fig 2).
Las marcas metálicas son susceptibles de perderse por desprendimiento o deterioro, por ello es necesario calcular la probabilidad de que esto suceda antes de utilizar estos datos de estudios poblacionales. Cuando la pérdidas de marcas es elevada se incrementa la posibilidad de contabilizar dos veces al mismo individuo y estimar erróneamente los parámetros demográficos. El equipo de la Comisión Nacional de Areas Naturales Protegidas, CONANP, en Ciudad del Carmen ha marcado y seguido a la tortuga blanca desde 1992 hasta el presente. Es un gran esfuerzo que abarca las playas de isla del Carmen, Sabancuy, Cayo Arcas, Chenkán e Isla Aguada, que es la zona de distribución para esta especie en el estado. En estos sitios, año con año se realiza trabajo de campo monitoreando la actividad de anidación de hembras. El área de protección incluye algunas playas interiores de la laguna de Términos e islotes de la sonda de Campeche. Últimamente, unos cayos arenosos en el canal Puerto Real-Isla Aguada de reciente formación (Fig. 3). La continuidad de la playa arenosa se encuentra interrumpida ocasionalmente por manglares, cantiles rocosos, arroyos, ríos y barras de lagunas costeras.
Como resultado de este esfuerzo se marcaron mil 864 hembras, las cuales presentaron más de dos anidaciones con intervalos que no se ajustaban a los supuestos establecidos. El promedio de la frecuencia observada de anidación para los datos de la muestra es de 2.56 anidaciones por hembra por temporadas, mínimo de dos y máximo de seis por temporada entre 1992-2009. Ya que no es posible observar a todas las tortugas blancas en anidaciones consecutivas, se calcula la frecuencia de anidación, el valor probable de anidación y desovado de una tortuga de la cual no fue posible registrar la actividad. El promedio de la frecuencia estimada de anidación es de 4.15 anidaciones por hembra por temporada, con un mínimo de dos y un máximo de nueve en las temporadas de 1992 a 2009. El promedio del intervalo de puesta para una tortuga blanca es de 11 días. El promedio de huevos por nidada y temporada para todos los datos fue de 117.29 por tortuga. El valor mínimo de huevos por nidada por temporada es de 37 y el máximo de 210. Durante el programa de marcado y recaptura se toman datos del tamaño de las tortugas, lo que nos ha permitido observar que en algunos años hay una preponderancia de más tortugas pequeñas anidando. El agrupamiento de tallas de hembras anidadoras nos permite dar seguimiento de la distribución de tallas en cada año y su orientación proporcional hacia las reclutas (neófitas y más pequeñas) o remigrantes (viejas). Así, descubrimos que hubo años particularmente importantes donde predominan las reclutas. Los años de 2004, 2006, 2007 y 2009 tuvieron un nivel de reclutamiento importante que indica que habrá crecimiento en el tamaño de la población. Gracias al esfuerzo del equipo de la CONANP, los voluntarios que los acompañan y el trabajo científico de la Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR) ha sido posible documentar la población de tortuga blanca en Campeche, lo cual nos permitirá tomar las mejores decisiones para conservar a este símbolo de la vida marina y la riqueza de los mares mexicanos y del mundo. |
