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Presentó su libro De niño judío-alemán a comunista mexicano

México vive un retroceso grave; nada hay que festejar: Juan Brom
 
Periódico La Jornada
Jueves 27 de mayo de 2010, p. 7

En sentido estricto, no hay nada que festejar al cumplirse 200 años del inicio de la lucha por la Independencia y cien del de la Revolución, porque en el país existe un retroceso grave, ante el cual el historiador Juan Brom apuesta por la reflexión que puede devenir jornada de lucha, para festejar lo que se deba festejar, pero también, para condenar lo que hay que condenar y, sobre todo, superar lo que se debe superar.

Durante la presentación de su libro De niño judio-alemán a comunista mexicano (Grijalbo), el autor aseveró que en México existen muchos problemas, por ejemplo: el mismo número de analfabetos que hace cien años, sólo que ahora son ocho o 10 por ciento de la población y antes eran 85 por ciento; hoy sigue la discriminación hacia la mujer, aunque ahora la discutimos; hoy existe una enseñanza laica en buena parte mala, en buena parte atacada o violada; hace 200 años teníamos una declaración de que la única religión autorizada era el catolicismo. ¿Significa esto una línea de progreso? No.

Al acto, realizado la tarde del lunes en la Casa Universitaria del Libro, acudieron alumnos, colegas y amigos de Brom, entre ellos May-Ek’ Querales, quien destacó la cualidad de caleidoscopio del libro autobiográfico de su mentor. El volumen, dijo, entreteje veredas y se tranforma en un compendio de memoria colectiva.

Una vida congruente: Cárdenas

Guadalupe Ferrer Andrade, directora de actividades cinematográficas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y también ex alumna de Juan Brom, habló de que la historia del maestro inserta en la del país desde hace 70 años y la del mundo hace 84.

Destacó uno de los ideales en la labor tanto académica como personal del historiador, vertidos en su autobiografía: edificar una sociedad mejor, que impida repetir los horrores del fascismo, es decir, una sociedad digna.

La escritora Dolores Hernández recordó varias anécdotas de su compañero de estudios, ese joven comunista al que respetábamos y al que veíamos como un idealista.

Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano habló de la fructífera vida de su amigo Brom, a quien conoció en la Universidad Nacional Autónoma de México y resaltó que en su libro da cuenta de algo que ha sido obvio entre quienes han sido sus amigos: la congruencia.

El político dijo que son muchas las contribuciones al país del historiador, guiadas, reiteró, por esa congruencia que manifestó desde “niño y joven adolescente judío-alemán llegado a México que se involucra con las causas de la libertad y el antifascismo, comunista dentro y fuera del partido, y siempre presente en las causas en favor de la humanidad.

El libro nos da una buena cuenta de la vida congruente de Juan con los principios que decidió adoptar desde muy joven.

Cárdenas leyó algunos fragmentos en los que Brom ofrece en perspectiva, una vida congruente, gracias por el ejemplo.

Para cerrar, Brom puntualizó que un movimiento comunista no se tiene que hacer, tiene que nacer, no de modo instantáneo, sino de que muchas personas lo hacen.

¿Qué significa hacer? Reflexionarlo, discutirlo, analizar la situación, formar un grupo amplio que tenga el acuerdo de una situación básica. Un movimiento realmente transformador de la sociedad tiene que basarse en la convicción de la propia sociedad.