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Les interesa no verse disminuidos porque eso significaría que tienen menos poder: Elio Masferrer

Niega la CEM temer que el censo 2010 evidencie baja en el número de feligreses

Piden a obispo de Morelos instruir a creyentes para que respondan: soy católico apostólico romano

 
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de mayo de 2010, p. 18

De acuerdo con la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), la polémica generada por la pregunta sobre religión incluida en el Censo de Población y Vivienda 2010, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), derivó de la falta de comunicación, y negó que la inconformidad de la Iglesia católica se deba a que busca evitar que se dé a conocer alguna eventual reducción en el número de católicos.

Nuestro temor era que no se hiciera una clasificación correcta, pero no tenemos miedo a que el censo arroje una baja en el total de creyentes ni creemos que ésta podría ser estrepitosa; quizás unos pocos puntos porcentuales. No hay por qué tener miedo, sino afrontar la realidad. Vivimos en un ambiente cada vez más secularizado y ahora la gente encuentra respuestas en ámbitos que ni siquiera son religión, precisó en entrevista Manuel Corral, secretario ejecutivo de relaciones públicas e institucionales de la CEM.

En un comunicado conjunto con la arquidiócesis de México, Victor René, secretario general de la conferencia, y Hugo Valdemar Romero, director de comunicación del arzobispado de México, rechazaron las voces malintencionadas que han especulado sobre una presunta confrontación entre ambas instancias pues, por el contrario, existe una relación óptima, y llamaron a ciudadanos y fieles a colaborar con el censo, proporcionando información verídica y facilitando la labor de los encuestadores, pues queda en claro que este ejercicio estadístico debe ser una valiosa herramienta para el desarrollo de México.

En tanto, el obispo de Cuernavaca, Alfonso Cortés Contreras, informó que la CEM les ordenó instruir a sus feligreses para que respondan a los encuestadores: soy católico apostólico romano, a fin de evitar cualquier confusión respecto de la religión que practican, y confió en que el Inegi omita preguntas ambiguas.

Adelantándose a lo que pudiera arrojar el censo, Corral consideró que todos los credos experimentarán una merma de seguidores, “excepto algunas pentecostales y sectas; pero si tenemos una baja también vamos a aprender de eso, y debemos preguntarnos qué mensaje estamos dando y hacia dónde queremos caminar. Además, es mejor ser pocos buenos que muchos malos”.

Elio Masferrer, presidente de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones, consideró que la Iglesia católica busca evitar que se sepa que sus adherentes son cada vez menos.

Les interesa no verse disminuidos numéricamente, porque esto demuestra que están en crisis, que tienen menos poder y son menos influyentes. En el censo de 1990 la población católica era 89.2 por ciento, en el de 2000 fue 88, pero la metodología les favoreció, pues se ponía palomita si era católico, y si no se escribía la pertenencia religiosa, lo cual generó un sesgo censal.

Masferrer explicó que esto se dio porque “el encuestador prefería poner la palomita antes que escribir la religión de la familia en general, no de cada uno de sus integrantes, como será ahora.

Entonces todo indicaba que el número de católicos bajaría a 82 por ciento en ese censo, y ahora la expectativa es que sea cercano a 74 por ciento. Datos de Latinbarómetro, una de las encuestadoras más prestigiadas en América Latina, señaló en 2004 que en el país 78 por ciento de la población se reconocía católica.