Opinión
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Lolos y roscas

N

os comparte José Francisco Román Gutiérrez, autor de Los sabores de la tierra: raíces y tradiciones de la cocina zacatecana, datos muy interesantes sobre el guamúchil, que a su vez le refirió la profesora Esperanza Gutiérrez Vázquez, de Juchipila.

Por su sabor dulce y la textura esponjosa los frutos eran una golosina que comían los habitantes de la zona de manera cotidiana durante la temporada, la cual corre de mediados de mayo a finales de junio. Era frecuente ver niños subidos en sus ramas para cortar los frutos.

En diversas poblaciones, continúa, había guamúchiles en las huertas y en algunas casas. Para conservar por un largo periodo la pulpa, se le retiraba la vaina, se quitaban las semillas y los arilos se ponían a secar. A los fragmentos de esta pulpa se les conoce como lolos. A las vainas maduras se les llama roscas. Se sabe que las vainas están maduras cuando revientan. Hay varias clases de guamúchil; uno da la vaina de color entre rojo y rosado; otro la da de color verde. Son dulces y de pulpa jugosa.

Añade el autor de Los sabores de la tierra que, además del consumo tradicional, con el guamúchil se preparan licor y miel. Sirve también de componente para la elaboración de un perfume que lleva mejorana, huizache, cebolleta, sábila, mezquite, pitaya y té de limón, así como azahar, guásima, osote y varaduz, que son flores aromáticas, entre otros ingredientes. Estos productos los prepara el ingeniero químico Ezequiel Estrada Reynoso en el municipio de Moyahua, Zacatecas.

Comenta Luis Adolfo Méndez que en Sinaloa, su tierra, son muy gustados estos frutos. Observa que la madera del guamúchil se utiliza en Morelos y Guerrero para hacer ensaladeras, cucharas y otros objetos decorativos, debido a su hermoso veteado. En Oaxaca es muy utilizado desde tiempos ancestrales como cerco vivo; considera que al ser una leguminosa, puede tener una relación provechosa con otros cultivos, como ocurre con el frijol en la milpa.

En la época de comercio del galeón de Acapulco, el guamúchil fue llevado a Filipinas; se le conoce como camachile. De ahí viajó a India; le llaman tamarindo de Manila.

En Sinaloa se retira a los frutos la cáscara y las semillas; la pulpa o arilos se preparan en un almíbar hecho de agua, piloncillo y canela. También se hace atole con estos arilos. Se pone a hervir un litro de agua con piloncillo, canela y una pizca de sal. Una vez que hierve se agrega un cuarto de taza de harina, que se habrá disuelto en agua, y tres tazas de pulpa molida. Se mueve hasta que espese. (Recetario exótico de Sinaloa, CNCA, 2000. Colección Cocina Indígena y popular, número 32.)