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Casi todo el presupuesto, para tareas de seguridad en EU y el exterior, incluido México

Presenta Obama nuevo plan contra las drogas; los recursos para frenar el consumo, aún mínimos
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 12 de mayo de 2010, p. 25

Nueva York, 11 de mayo. El gobierno de Barack Obama presentó hoy la Estrategia Nacional de Control de Drogas que enfatiza en su retórica mayor atención a programas de tratamiento y prevención para reducir la demanda, pero que en recursos aún está enfocada en operaciones de seguridad pública dentro de este país y a nivel internacional, incluido México.

Esta estrategia pugna por un abordaje equilibrado para confrontar el complejo desafío del consumo de drogas y sus consecuencias, afirmó hoy Obama. Al elevar la prevención dentro de comunidades, ampliar el tratamiento, fortalecer la aplicación de ley, y trabajar y colaborar con nuestros socios globales, reduciremos el uso de drogas y el gran daño que eso causa en nuestras comunidades.

La estrategia elaborada por la Oficina de la Política Nacional para el Control de Drogas (ONDCP, por sus siglas en inglés), conocida como la oficina del zar antinarcóticos, encabezada por Gil Kerlikowske, se centra en programas comunitarios de prevención, nuevas medidas para el tratamiento dentro del sistema de salud, modificaciones en el sistema criminal para romper el ciclo de drogas y crimen. Esto refleja el nuevo énfasis de Kerlikowske, quien desde que asumió su puesto ha buscado anular el uso del término guerra contra las drogas, ya que no estamos en guerra con la gente en este país, y subrayar mayor atención a programas comunitarios y de salud para abordar el problema.

El cambio retórico

Sin embargo, críticos señalan que en los hechos, se sigue gastando el doble en programas de seguridad pública que en medias para reducir la demanda –casi el mismo porcentaje que durante el gobierno de George W. Bush– y por lo tanto cuestionan si en gran parte el cambio prometido por Obama en este rubro es sólo retórico.

Algo que no parece haber cambiado es la política internacional antinarcóticos, sobre todo con México, donde se destaca la cooperación bajo el esquema de la Iniciativa Mérida.

La estrategia considera que tanto Colombia como México se han beneficiado por líderes decisivos que insisten en llevar a los traficantes ante la justicia y retomar el pleno control de su territorio. El documento afirma que la estrategia apoya firmemente la continuación de la Iniciativa Mérida, y señala que como resultado Estados Unidos y México han alcanzado niveles sin precedente en cuanto a información compartida en dos vías: colaboración en casos sensibles, y planeación conjunta.

El documento alaba los logros en Colombia y afirma que el éxito en este país permanece crítico para los esfuerzos de Estados Unidos de combatir la creciente actividad corrosiva del narcotráfico en México.

Al señalar que las organizaciones del narcotráfico con bases en Colombia y México trasladan grandes cantidades de drogas, no sólo a Estados Unidos, sino que las distribuyen en este país operando por toda la nación mediante redes de bandas callejeras o dentro de las cárceles, y que éstas retornan las ganancias ilícitas junto con armas, la nueva estrategia subraya que esta actividad de narcotráfico y violencia relacionada, crimen y corrupción claramente constituye una significativa amenaza de seguridad nacional.

El documento detalla que la Estrategia de la Frontera Suroeste, cuyo objetivo es reducir el flujo de drogas ilícitas hacia el norte, y disminuir el flujo de dinero y armas hacia el sur, y a la vez contrarrestar la violencia y el crimen asociado con estas actividades, requiere mantener la colaboración con el gobierno de México.

A la vez, igual que se ha declarado en los últimos años, el gobierno de Obama afirma que la causa número uno del problema de drogas en Estados Unidos es nuestra enorme demanda de éstas. Tenemos que continuar los esfuerzos multinacionales de colaboración para reducir la producción y el tráfico internacional, pero simultáneamente tenemos que abordar el apetito de nuestra nación por las drogas.

En este contexto, se reafirma la posición oficial de continuar las políticas de prohibición. Mantener las drogas ilícitas reduce su disponibilidad y la demanda. Es por ello que este gobierno se opone firmemente a la legalización de la mariguana o cualquier otra droga, afirma.

El documento informa que cada día en este país cerca de 8 mil estadunidenses consumen una droga de manera ilegal por primera vez, que se suman a los 20 millones de consumidores de drogas ilícitas. Más de 7.6 millones de estadunidenses padecen algún desorden de abuso de droga, y las sobredosis están alcanzando a los accidentes de automóvil como causa principal de muerte.

Uno de los nuevos rubros que subraya la nueva estrategia es el abuso de drogas recetadas, lo que se identifica como el problema de droga de mayor crecimiento en el país.

La estrategia de 2010 establece metas a cinco años para reducir el consumo de drogas y sus consecuencias, incluido reducir 15 por ciento el consumo de drogas entre jóvenes y 10 por ciento entre adultos jóvenes, reducir 15 por ciento el número de usuarios crónicos y rebajar 15 por ciento el número de muertes inducidas por droga.

Sin embargo, todo esto no implica un gran giro, dicen críticos. Ethan Nadelmann, director del Drug Policy Alliance, afirma que hay poca duda de que este gobierno desea seriamente distanciarse de la retórica de la guerra contra las drogas, pero su nuevo plan deja claro que es adicto a la realidad de la guerra de las drogas. Indica que 64 por ciento del presupuesto antinarcóticos –virtualmente el mismo bajo el gobierno de Bush y sus antecesores– se enfoca en los esfuerzos en gran medida fútiles de interdicción como en el arresto, fiscalización y encarcelación de números extraordinarios de personas. Sólo 36 por ciento está dedicado a la reducción de la demanda...”

Un resumen de la estrategia (en español) se puede consultar en: www.whitehousedrugpolicy.gov/strategy/SpanishExSumMay62010.pdf

El documento completo se puede consultar en: www.whitehousedrugpolicy.gov/publications/policy/ndcs10/ndcs2010.pdf