Sociedad y Justicia
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Tras difundir listado de 68 casos, la red ha recibido 10 más

Sacerdotes acusados pueden seguir cometiendo abusos, alerta la SNAP
 
Periódico La Jornada
Sábado 24 de abril de 2010, p. 35

Aunque la Conferencia del Episcopado Mexicano y la Arquidiócesis de México critiquen la lista de 68 clérigos identificados como pederastas por la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés), un hecho concreto es que todos los sacerdotes citados ahí, ejerzan o no, o se encuentren en otras diócesis, fueron acusados de abusar de menores y lo seguirán haciendo donde estén, oficien o no, aseveró Eric Barragán Burgueño, presidente para América Latina de la red.

En entrevista, Barragán Burgueño dijo que el listado es tan útil, que casi inmediatamente después que se dio a conocer, el cardenal Norberto Rivera Carrera suspendió de su ministerio a Lucas Antonio Galván Valdez para analizar su situación legal y canónica, tras ser identificado como pederasta, determinación que no pudo tomar el cardenal durante los ocho años que ejerció este sacerdote en la Arquidiócesis de México. De no ser por la revelación de la lista, seguiría oficiando, consideró.

El dirigente de la SNAP también dio a conocer que tras salida a la luz de la lista, la agrupación ha recibido 10 nuevos casos de víctimas de ataques sexuales de sacerdotes, de los cuales la mitad son mujeres; la mayoría sufrió vejaciones cuando tenía entre 10 y 12 años de edad, hace más de 30 años. Barragán descartó proporcionar más datos, pues dijo que los afectados no han autorizado a la red para hacerlo.

También adelantó que trabajan para agregar a la relación los nombres de más religiosos pederastas, pues continuamente cotejan datos de nuevas denuncias en Estados Unidos y, particularmente, en México.

Aseveró que en 2005, cuando se empezó a conjuntar la información para elaborar la lista, el 7 de diciembre de ese año hizo llegar a Rivera Carrera los 40 nombres con que entonces se contaba, pero el también arzobispo primado de México le contestó en una carta que no tenía facultades para actuar contra los religiosos, porque muchos no oficiaban en su arquidiócesis; también le dijo que debía haber una denuncia de por medio ante autoridades civiles.

Barragán Burgueño manifestó toda vez que la curia cuenta con la lista, su deber es pedir cuentas a estos religiosos, hacer públicos sus nombres en la diócesis o arquidiócesis a la que pertenezcan y llamar a denunciar a los feligreses que hayan sido víctimas. La mayoría de quienes están en el listado enfrentaron denuncias en Estados Unidos.

A su vez, Carlos Rodríguez Rivera, sacerdote jesuita integrante del Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal), indicó que ante los casos de pederastia a la Iglesia corresponde no sólo pedir perdón, sino revisarse y hacerlo a profundidad; en especial examinar la manera en que convoca a seminaristas, se les educa y cómo predican. Si sigue alejada de las necesidades del pueblo y de la realidad del país, no sólo se podría quedar sin feligreses; tampoco podría resolver situaciones como ésta.

Acotó que cuando se desvaloriza la vida humana y se abarata el respeto a la gente, se da pie a todas estas perversiones, las que, aclaró, no son privativas de la Iglesia sino de toda la sociedad.