Sociedad y Justicia
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El sistema no estaba preparado, reconocen autoridades un año después del A/H1N1

Detectar epidemias en sus etapas iniciales, nueva estrategia de Ssa

Inaugura laboratorio de bioseguridad nivel 3, coordinado con la red de monitoreo de EU

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El secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos (derecha), y el subsecretario Mauricio Hernández a su salida del foro organizado para la presentacion del libro La epidemia de influenza A/H1N1 en MéxicoFoto La Jornada
 
Periódico La Jornada
Sábado 24 de abril de 2010, p. 33

La Secretaría de Salud (Ssa) reconoció, un año después del surgimiento del virus de influenza A/H1N1, que el sistema de vigilancia epidemiológica no estaba preparado para un problema de impacto global; hubo una lenta respuesta de los médicos familiares o generales y tampoco existía un mecanismo de comunicación entre éstos y los hospitales.

Así lo señalaron el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Mauricio Hernández Ávila, y el director general de Epidemiología, Hugo López Gatell. Existía un plan de respuesta, pero no estaban contempladas las posibilidades de una crisis, agregó Celia Alpuche, directora del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica.

Al conmemorar el primer aniversario del inicio de la emergencia causada por el virus A/H1N1, la Ssa organizó un foro en colaboración con la Academia Nacional de Medicina, donde se recordó que México empezó a prepararse para una eventual pandemia en 2003, con un plan de respuesta y una reserva estratégica de medicamentos, entre otras acciones.

Lo que no se pensó, dijo Hernández Ávila, es que el virus llegaría en periodo electoral, lo cual complicaría la obtención de espacios en medios de comunicación para la difusión de los mensajes sobre la pandemia.

Otro problema fue el obstáculo administrativo para la contratación de más personal que colaborara en las acciones para controlar la enfermedad.

López Gatell comentó que la nueva estrategia de vigilancia epidemiológica que se pondrá en marcha detectará cualquier contingencia en sus etapas iniciales, antes incluso de que el problema llegue a los hospitales. Se trata de observar, por ejemplo, el ausentismo escolar, el incremento en incapacidades laborales en determinado lugar o el aumento en la compra de ciertas medicinas.

La estrategia surge en respuesta a lo sucedido en marzo del año pasado en Perote, Veracruz, donde se registró un brote atípico de infecciones respiratorias que afectó a buena parte de sus habitantes sin que ninguna autoridad hiciera caso. Después se confirmó que en esa localidad circuló el virus A/H1N1 y durante varios meses se mantuvo la tesis de que ahí había iniciado el brote de la enfermedad.

Tecnología de punta

Ayer por la mañana, la Ssa inauguró el laboratorio de bioseguridad nivel 3 (BSL3, por sus siglas en inglés) en el que ahora sí, ante la presencia de un nuevo virus o bacteria, el Instituto Nacional de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicapodrá realizar su secuenciación genética e identificación en cuestión de días –a Estados Unidos le tomó 10 días hacer lo propio con la cepa A/H1N1–, explicó la directora del organismo, Celia Alpuche.

El BSL3 trabajará con microorganismos de alta virulencia como tularemia, ántrax, tuberculosis, brucela y VIH, entre otros. El laboratorio forma parte de la red de laboratorios de respuesta que coordinan los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos.