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Avaló ayer su nuevo reglamento interno; el anterior tenía 113 años de vigencia

Va el Senado contra ausentismo y dádivas, pero no contra opacidad en rendición de cuentas

Ricardo Monreal, del PT, propone modificar artículos en este tema y en equidad de género

 
Periódico La Jornada
Viernes 23 de abril de 2010, p. 22

El Senado de la República aprobó ayer su nuevo reglamento interno (el actual fue aprobado hace 113 años) en el que se establecen normas disciplinarias para el trabajo legislativo que eviten, por ejemplo, el ausentismo, recibir dádivas de los cabilderos y el conflicto de interés. Sin embargo, no incluye mecanismos que transparenten el manejo de recursos que se entregan a las bancadas.

Ricardo Monreal, coordinador de los senadores del Partido del Trabajo (PT), propuso cambios para que el Senado no se mantenga en la opacidad en la rendición de cuentas por parte de los órganos de dirección. ¿Quién sabe cuánto se entrega a los grupos parlamentarios por asignación vía prerrogativas? ¿Quién sabe en qué se gastan esos recursos?

En la tribuna, manifestó que el PT recibe más de un millón de pesos al mes, “de acuerdo con el número de integrantes, y cada grupo parlamentario recibe por esta vía una cantidad extraordinaria, y ahora que tenemos la oportunidad de rendir cuentas, no somos capaces de meternos a este tema y le damos la vuelta.

“Sí exigimos a los órganos administrativos, pero a nosotros, no nos toquen; es decir, ‘hágase  la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre, a nosotros no nos toquen’. Por eso insisto en que debe modificarse el artículo 296 del nuevo ordenamiento.”

También solicitó que se modifique el artículo 8, ya que en lo referente a la equidad de género, se establece que “los órganos responsables y los grupos parlamentarios cuidan que las propuestas para la integración de las instancias del trabajo legislativo y parlamentario reflejen en la medida de lo posible la proporcionalidad de género. Yo solicito que el artículo diga ‘garanticen’ en lugar de ‘cuidan’”, y preguntó: dónde están las mujeres del Senado, ésto es un retroceso.

El perredista Arturo Núñez señaló en tribuna que el reglamento vigente del Senado tiene 113 años de vigencia real, 76 del formal de 1934. Este reglamento no es precisamente muy ambicioso: integra y ordena reglas, da avances en algunos temas, pero sobre todo busca ser realista en equilibrar la atención entre el ser y el deber ser.

La senadora Rosalinda Hernández refirió en tribuna que el nuevo reglamento consta de 312 artículos, distribuidos en 10 títulos, 51 capítulos y 19 secciones, y un régimen transitorio de cuatro artículos.

Explicó que el título quinto refiere las bases constitucionales relativas a la sede oficial del Senado y su eventual cambio, se define el concepto de recinto parlamentario, se desagregan los tipos de sesiones y sus modalidades, se establecen reglas para la operación del sistema automatizado de registro de asistencia.

Se acreditan las asistencias, y se registran las inasistencias y las votaciones; se regula el mecanismo de justificación de faltas y sus causales.

En el título noveno se precisa la figura de cabildero, que son quienes realizan profesional o habitualmente la promoción de intereses particulares, para sí mismos o a favor de terceros, y se reitera que ni los senadores ni el personal del Senado pueden aceptar dádivas o pagos en efectivo o en especie por parte de cabilderos o persona alguna que de este modo pretenda influir ilícitamente en las decisiones de la Cámara.

También, detalló la senadora  Hernández, el capítulo séptimo establece las bases precisas sobre la formación y contenido de las reuniones de comisiones, y las excusas de senadores integrantes de comisiones frente a posibles conflictos de interés.